por: Víctor Ramírez “Vitico”
La entrada en vigor de la prohibición de acceso a los menores de 18 años a la plaza de toros de Tovar fue uno de los elementos notorios de la novillada nocturna que abrió la feria, en un festejo que igualmente debe llamar al análisis a los novilleros actuantes, cada uno por diferentes motivos.
Tomás Martínez abrió la función con mucha voluntad, saludando a portagayola con una tafallera a su primero, pero no logró hilvanar series compactas. Algunos buenos muletazos se perdieron entre achuchones y volteretas. Valor se le apreció mucho al joven torero, que falló con el acero. Ante el quinto, Martínez ha vuelto a demostrar sus muchas ganas de agradar. Buenas las chicuelinas de saludo así como varias tandas de emotivos muletazos, ante un astado que se rajó pronto, por lo que el torero tuvo que hacer la faena cerrado en tablas. No faltaron las volteretas, por ciertos desajustes de toques y colocación, sin embargo tiró de raza y perdió al menos un apéndice por fallar con los aceros.
El mexicano Mirafuentes de Anda anduvo a la deriva con su primero, un astado encastado que hizo mover los pies más de la cuenta al azteca. Comenzó arriesgando con una larga cambiada de rodillas a portagayola y tres más en el tercio, banderilleó sin acierto y con la muleta estuvo más inquieto que un niño en misa. Se pegó una vuelta al ruedo por su cuenta. Ante el parado, tardo y deslucido sexto no había nada que hacer.
Cristian Valencia derrochó mucho valor a lo largo de su actuación. Buenas verónicas y larga de rodillas en un improvisado remate fue el saludo de Valencia al tercero, con el que banderilleó con más voluntad que acierto. A base de valor le buscó las vueltas a un novillo complicado, que le achuchó varias veces. Falló con la espada. Con el encastado, noble y repetidor séptimo, Cristian Valencia demostró que tiene valor de sobra, que sabe torear y que debe seguir rodándose para tener un mayor oficio.
Cubrió un tercio de banderillas voluntarioso, par de la silla incluido. Derrochó facultades físicas pero falló en la colocación de los palitroques. Muleta en mano, tardó en acoplarse el carabobeño, sufriendo achuchones, pero cuando se centró cuajó dos series estupendas de derechazos, muy ligados, de mano baja, componiendo la figura y llevando muy cosido en el engaño al bravo “Julero”. De seguir así hubiese sido una faena redonda. Luego vendrían los adornos y desplantes, pero sus fallos con el acero le privaron de un seguro trofeo.
El colombiano Juan Esteban “Kalio” se mostró digno con su lote. A su primero le toreó bien a la verónica y estuvo firme en el último tercio, consiguiendo algunos muletazos de buen corte. Fue volteado fuertemente y al entrar a matar se le fue la espada a los costillares. Ante el último, Kalio lo intentó con sinceridad, dio pases con técnica pero sin ajuste. Volvió a fallar con espada y descabello.
Ficha de la Novillada
Plaza de toros de Tovar.
Jueves 12 de septiembre.
Novillada de feria.
Casi media entrada en noche fría y con llovizna.
Novillos de San José de Bolívar, desiguales de presentación y juego. Encastado primero y segundo. Complicados tercero y cuarto. Noble pero rajadito el quinto, deslucido el sexto, bravo y con recorrido el séptimo, noble pero sin clase el octavo.
Pesos: 294, 292, 240, 349, 366, 340, 355 y 345 kilos.
Tomás Martínez, de azul cielo y oro: Silencio y vuelta tras aviso.
Mirafuentes de Anda, de blanco y oro con remates negros: Vuelta y silencio tras dos avisos.
Cristian Valencia, de aguamarina y oro: Silencio y vuelta tras aviso.
Juan Esteban “Kalio”, de blanco y oro: Silencio tras aviso y silencio tras aviso.
Incidencias
Se hizo efectiva la prohibición de entrada a los menores de 18 años de edad, lo cual generó malestar en los aficionados.
Mirafuentes de Anda y “Kalio” se presentaron en Venezuela con los novillos “Lanudo”, número 236, jabonero sucio y “Guitarrista”, número 634, negro, respectivamente.
Cristian Valencia y “Kalio” no hicieron el paseíllo por llegar tarde a la plaza, al parecer por problemas de tráfico en la ciudad.
Saludaron tras banderillear al quinto Luis Miguel Broy y Gustavo Padrón.
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