Dos protagonistas del ferial valenciano. Erick Cortéz en el doble rol de torero y empresario y Juan José Padilla de arrolladora campaña española. Foto:
* Una feria de máxima expectativa
por: Jesús Ramírez “El Tato”
Escasos treinta días le quedan a esportones y furgonetas de cuadrillas para el receso de la temporada española, y por la América taurina ya se anuncian las campanadas de inicio por México, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela con buenas perspectivas pero con mucha cautela. Los efectos de la crisis mundial en todos los órdenes, no es ajena a las plazas americanas, donde hay que tirar de la imaginación y el riesgo para ofrecer lo mejor a los aficionados.
La crisis, los ataques de los antitaurinos, la galopante inflación, las decisiones y caprichos de algunas figuras de hacer asco a la temporada americana, provoca que la temporada se cargue de interrogantes.
En nuestro país, Valencia y Maracaibo se hermanan en las combinaciones de los días 15, 16 y 17 de noviembre. Dos ferias de tradición que hacen honor a las Vírgenes del Perpetuo Socorro y La Chiquinquirá respectivamente.
Como aficionados, tenemos que estar conscientes del papel que juegan los empresarios taurinos en estos momentos en un negocio de tanto riesgo. Apuestan fuerte y ofrecen carteles importantes para atraer a los aficionados jugándose el tipo con fe al triunfo.
En Valencia, Agrocasta se echó el capote a la espalda, en este segundo año como empresa del gigantesco coso cabrialense. El anuncio de la presencia de Enrique Ponce en los carteles es un alivio e incentivo para los aficionados del centro del país. Además ha echado mano entre la nómina de actuantes con Iván Fandiño y Antonio Ferrera, dos toreros que se han ganado a pulso con sus triunfos en España, la reconquista de plazas venezolanas. Igual que el torbellino de Juan José Padilla y “El Fandi” o Daniel Luque, joven torero de gran proyección.
Los nombres criollos no minimizan su presencia, y al contrario se aparejan con buenas credenciales para alternar, como “El Califa de Aragua”, Manolo Muñoz y Erick Cortéz, con el as de oro para imponerse ante la torería visitante.
Dos rejoneadores completan las combinaciones valencianas. El colombiano Andrés Chica y el criollo Francisco Javier. Dos jóvenes promesas del toreo a caballo.
Es difícil exigir mas a una empresa que abre el periplo ferial con una novillada de verdadero interés que reúne a tres autenticas promesas venezolanas del toreo. Cristian Valencia, hijo del recordado Bernardo Valencia, Manolito Vanegas a la sazón por España, y sobrino de César Vanegas y el victoriano Edgar Antonio, hijo y sobrino de toreros con sello de triunfador en la maestranza aragüeña. Además un gran reto ganadero con novillos bien presentados de “La Cruz de Hierro” y “Laguna Blanca” en otro atractivo que saca a esta novillada del trajinado compromiso de las ferias con los festejos menores de puro trámite o requisito gremial.
En fin que en la capital carabobeña hablan con igual interés los taurinos desde la novillada como las corridas de toros, mientras en la plaza, a Dios gracias, se realizan los trabajos de refacción del coso que tanto esperaba la afición.
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