Le premiaron con dos soberanas orejas; se le debió, por lo menos, dar arrastre lento a “Gerónimo”: Un gran toro; y qué bien le ha toreado Javier Cardozo. foto archivo: páginas taurinas
* y por la conciliación dentro del Arte Taurino”
Por: Juan Mariano Monasterios Bernal.
Turmero 06 de febrero del 2011.
La conciliación entre todos los estamentos del Arte Taurino, es lo que se precisa con denotada nobleza, que en su bramar exige el hermoso Toro Bravo; y en cada embestida ataviada de su maravillosa bravura se le comprenda; para que cada quien reconozca en su interior, la pureza de su alma taurina, los errores que se hayan cometido, lanceando con la humildad; y el temple necesario para que en acto de gallardía puedan rendirle tributo al título de aficionados; pero que los intereses en su extensa y bella porfía, se dejen a un lado; y que ante todo, sea en suerte suprema la verdad por delante; para que la existencia del Toro Bravo, tenga connotaciones de aires de segura grandeza, y poder cantar en coro de hermandad taurina, a los cuatro vientos, con suma valentía: Somos taurinos y Amamos al majestuoso Toro Bravo.
En la apacible población de Turmero, en el taurino estado Aragua, se ha celebrado la corrida de toros en honor de Nuestra Señora de La Candelaria, en la continuación del deshojar con pasión, la flor del toreo venezolano, a qué derroteros se le quiere llevar; podremos, los aficionados, conciliar nuestras apetencias, en bien del bello Toro Bravo; podremos los taurinos conciliar en beneficio del arte del toreo. La confirmación del oro puro, en honor de La Candelaria logre en su cometido: unir los criterios y la polémica que se ha despertado, pueda en toda su extensión ser disipada, y a partir de allí sembrar con la semilla más pura y firme con la que Dios nos ha bendecido que es: amar a la fiesta del Toro Bravo.
Suenan Clarines y Timbales, son las cuatro y quince de la tarde, con radiante sol; esta vez con la presencia de los músicos, desde el vamos, artistas enaltecedores del toreo, se asoma el torero español Ruiz Manuel, ataviado bellamente de aguamarina y oro; al otro costado el de Cagua: Manuel Medina “El Rubi” trajeado con un precioso fucsia y oro; y en el medio: Javier Cardozo, el de Los Teques, ceñido a un hermoso traje azul marino y oro; le secundan a estos espaldas las cuadrillas en Confirmación del Oro los matadores de toros: Ramón Álvarez “El Porteño”, de azul celeste y azabache; Juan José Girón: de aguamarina y Oro; Marcos Peña “El Pino”: de verde oliva y oro; Gino Torres “Maravilla”: de palomo y oro; Pepe Luis Navarro: de burgundi y blanco; Luis Prato: de grana y oro; el puntillero: Norbis García; y en sus cabalgaduras, los del Castoreño: William Hidalgo, René Quintana y Segundino Ramírez; con la mirada en los aires aragüeños, lanza sus esperanzas de triunfo con la sed del éxito en sus rostros.
Encierro de Don Juan Campolargo, de los hierros de “Campolargo”: justos de carnes; y “Rancho Alegre”: con romana, feos de hechuras y bien armados, estos son de Don Oswaldo Michelena. Noble y de clase, aunque justo de fuerza, el Primero; Bravo y noble con clase y calidad difícil, complicado y con genio el cuarto de “Campolargo”. Complicado y áspero el segundo; difícil, con clase y calidad -a pesar de su lesión en su mano derecha- el cuarto; con genio y malas ideas desarrollando sentido, el sexto de “Rancho Alegre”. Se corrieron ante un lleno hasta la bandera, en la Plaza de Toros El Torero.
El torero español Ruiz Manuel, tuvo la suerte, en el primero de la tarde, del mejor toro de la corrida; le toreo con suavidad, temple de tersura y poderoso mando; con conocimientos bien aprendidos de las distancias y los terrenos, condujo magistralmente con sumo mimo, y sobándole ante la escasa fuerza de “Buena Raza” de “Campolargo” que pesó 405 kilos; de capa negra, cerrado, cornidelantero, herrado a fuego con el número 840; verónicas ceñidas, chicuelina, tafallera y revolera; vistosa faena de capote de temple y manos bajas. Suerte de varas por Segundino Ramírez antirreglamentaria, tapándole totalmente la salida; extraordinario quite de Ruiz Manuel al echarse el percal a la espalda y ejecutar tres gaoneras de bello trazo; ya “Buena Raza” desparrama la clase y calidad que atesoraba; muy buen par de banderillas por el matador de toros Luis Prato: tanto en su ejecución como colocación. ¡Buen par Torero...! Inicia con doblones torerísimos de largura y mando; gana los medios de la plaza con sapiencia; cuatro por alto que son una pintura, un derechazo y se cambia la muleta por la espalda para instrumentar tanda de naturales de temple, estirándose y vaciándoles detrás de su figura; molinetes de hinojos; tanda por la derecha, afarolado y encadena tres molinetes; se le ameniza con la música la buena faena, tiene a un extraordinario colaborador en el de “Campolargo”; trincherazos, desplante de torería y garbo; el de la flores, tanda de derechazos, seguida de naturales de ensueño; manoletinas a pies juntos citando de lado. Malogra tan bella faena con la toledana, recibe fuertes palmas a su extraordinaria labor.
En el cuarto, cifra esperanzas de triunfo Ruiz Manuel ante el de “Campolargo”; pero éste plantea complicaciones a montón; de nombre “Lanza Llamas” y a decir la verdad, era un lanza dificultades al mayor, de capa castaño chorreado en verdugo, herrado a fuego con el número 841, cornialto y ofensivo. De Segundino Ramírez recibe una larga vara trasera, que no ayuda ante los complicaciones del de “Rancho Alegre”; el matador de toros Marcos Peña “El Pino” realiza brega de lidiador bajando las manos; el también matador de toros Luis Prato vuelve a ejecutar un buen par de banderillas; se dobla el español tratando de someter a “Lanza Llamas”, se justifica a cabalidad y al ver que es imposible, al no haber tela dónde cortar, abrevia; deja media toledana, ladeada y delantera; bregan Marcos Peña “El Pino y Juan José Girón. Con más pena que gloria se va “Lanza Llamas”; bien por el buen torero español. Se le agradece su entrega y justificación.
Manuel Medina “El Rubí”, torero que es puro corazón, recibe al segundo de la tarde con cinco verónicas de suavidad; el de “Rancho Alegre”, de nombre “Andarín”, herrado a fuego con el número 79, de capa negra cerrado, listón, meano, cornidelantero; resulta bravo para el caballo de Segundino Ramírez en una buena vara; Pepe Luis Navarro en brega aseada; tercio de banderillas por Manuel Medina “El Rubi” de extraordinaria ejecución en los dos primeros pares; gran ovación para el torero aragüeño; doblones de corte torero, se va por alto con temple; ya ganados los medios: molinete y el público en el canasto; tandas por la derecha de temple y mando; faena de lidiador; marca la suerte suprema a toda ley, dosifica tres cuartos de espada con suma habilidad; bregan los matadores de toros Gino Torres “Maravilla” y Pepe Luis Navarro; se echa el toro, y el subalterno Norbis García acierta a la primera; se le concede la vuelta al ruedo.
En el cuarto le toca en suerte al toro de nombre “Turmerito”, de 440 kilos de peso, herrado a fuego con el número 65; negro de capa, cornidelantero; se duele de su pata trasera izquierda; cuatro buenas verónicas, chicuelina y ovación para Manuel Medina “El Rubí”; William Hidalgo le dosifica la vara trasera; en segunda vara René Quintana le dosifica puyazo de rigor; tercio de banderillas nuevamente ejecutado por Manuel Medina “El Rubí”; reafirma la espectacularidad del primero, el tercer par lo parte en los tableros, y los coloca al quiebro con espectacular exposición; para al toro con su mano en el testuz; extraordinario tercio de banderillas; el público le tributa una ovación; inicia la faena de muleta, toreramente con cuatro pases por alto a pies juntos; tandas por la derecha con temple y largura, naturales de buen trazo y vaciándoles tras su cintura, derechazos, martinete, molinetes de rodilla y el soberano con el torero; manoletinas, desplantes y todo está consumado; marca la Suerte Suprema y en volapié de verdad, deja hasta los gavilanes, y se le otorgan dos orejas merecidas; da la vuelta al ruedo ante el delirio de la afición, y le obsequia un bello cachorro, que muestra con orgullo y satisfacción.
El de Los Teques: Javier Cardozo, torero mirandino que tuvo por suerte un gran toro, de clase y calidad y un Barrabás con genio y saña que erizaban los bellos. El tercero de la tarde de nombre “Gerónimo”, de Campolargo, con 425 kilos de peso, de capa burraco, salpicado, botinero, alto de agujas, cornidelantero; herrado a fuego con el número 875. Se abre de capa con cuatro verónicas de manos bajas; cargando la suerte, preciosa chicuelina a la antigua y por las palmas; René Quintana le coloca la vara en buen sitio; pero le tapa la salida; el Matador de Toros Ramón Álvarez “El Porteño” realiza brega alargándole la embestida, y de pocos capotazos muy bien; se duele de su mano derecha “Gerónimo”, pero no es impedimento para que derroche calidad y clase en sus embestidas; Luis Prato le deja un par de banderillas caído; pero de buena ejecución; Cardozo pone toda la carne en el asador, y se coloca de hinojos; inicia por alto con denotado valor, va con bravura y bien el de “Campolargo” lo entiende Javier; se incorpora, le da tanda de naturales de largura infinita vaciándoles en su totalidad; el eterno forzado de pecho, afarolado, nueva tanda de natural de precioso trazo; molinete invertido, tanda por la derecha de temple y mando, por alto a pies juntos, luego de rodillas ante el delirio del soberano; qué buen toro “Gerónimo”, a pesar de su dolencia en la mano derecha, una tanda por alto torerísima y el del desdén; suerte suprema hasta mojarse la mano, rueda el toro y efectivo puntillazo de Norbis García; y se le premia con dos soberanas orejas; se le debió, por lo menos, dar arrastre lento a “Gerónimo”: Un gran toro; y qué bien le ha toreado Javier Cardozo; Enhorabuena Torero!
Sale el sexto, último de la corrida del hierro de “Rancho Alegre”, de nombre “Yaracuyano”, de 445 kilos de peso; negro cerrado como la noche, herrado a fuego con el número 68; corniabierto, ofensivo y astifino que causa el murmullo en los tendidos; qué emoción espectacular siente el aficionado cuando está el toro con trapío y estampa, en la plaza, y portátil para mejor seña. El de “Rancho Alegre” pone los pelos de punta, muestra un genio, lleno de malas ideas, un Barrabás en potencia; Javier Cardozo le planta cara, y se va a por él; lances de justificación y extrema precaución ante el sentido que desarrolla “Yaracuyano”; René Quintana le dosifica dos buenas varas, metiéndole las cuerdas con sapiencia; hay que pegarle, si no queremos andar por la calle de la amargura, y por los derroteros de las penurias. Pepe Luís Navarro, ejecuta y deja un buen par de mucho valor; acentuado por el peligro que atesora “Yaracuyano”; en la faena de muleta estaba cantado que había que abreviar, se dobla el torero mirandino con derroche de valor, muletazos de lidiador, se va por el acero, y con pasmosa habilidad pasaporta ha este Barrabás con mucho malaje; se le agradece con palmas su entrega, valor y decisión.
Salen a hombros: Manuel Medina “El Rubí” y Javier Cardozo, escoltados a diestra y siniestra por la “Confirmación del Oro Puro, en Honor de La Candelaria, y por la conciliación dentro del Arte Taurino”
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