San Sebastián es un patrono taurino curtido entre la casta y la lidia por más de medio siglo quién espera más pronunciamientos sobre sus festejos... A ver quién da más. Foto: forociudad.com
* La hora de la verdad sobre el ruedo
***** Han transcurrido casi cuatro meses desde que terminó la Feria de San Sebastián 2016 en San Cristóbal, una de las ferias más ”estropeadas“ y accidentadas de las que se tenga memoria desde hace ya 52 años de sus inicios, ante la falta de divisas americanas y encierros serios con peso, edad y casta.
***** El primero en escribirle al santo patrono de la capital tachirense ha sido el nobel rejoneador Leonardo Fabio Grisolía Uzcátegui en su recién artículo, el primer verso que le conocemos fuera del ruedo y sentado sobre un teclado del nuevo milenio.
por: Eduardo Ravell - Diario Pico Bolívar – Mérida Venezuela
Lo dijo el neogranadino Gabriel García Márquez, Nobel de Literatura, taurino y amante de los grandes aconteceres entre su brillantez en memoria como cuando tomaba su par de sienes y sentaba su pluma sobre la literatura: “El coronel no tiene quién les escriba”.
Para empezar hay que aplaudir a Leonardo Fabio por su valiente exposición; y sobre todo el término que utiliza “… hagámonos eco de temas que sumen y no que resten“. Vaya manera de expresar su sentimiento por la fiesta de los toros, la fiesta más bella sobre la faz de la tierra. Hace días, fue el inquieto Don Kike Rosales quien lo dijo todo en la radio y este portal taurino que dirige el Docente Universitario César Omaña. Kike habló telefónicamente, en vivo, en su programa sabatino con Íñigo Fraile Jiménez, asesor jurídico de la Unión de Toreros de España a propósito de la deuda contraída desde el año 2011, supuestamente sin cancelar honorarios a los diestros ibéricos. Vaya manera de serle doliente al patrono San Sebastián.
Leonardo Fabio es hoy por hoy uno más de los que saben a ciencia cierta el peor momento que viven ganaderos de lidia, rejoneadores, toreros nacionales y escuelas taurinas que en Venezuela tratan de subsistir para que mantengamos aliento de seguir viendo toros en plazas de primera, segunda y tercera categoría. Muy cierto el eco de Lenardo Fabio, muy acertado el comentario desde el otro lado del hilo telefónico donde Íñigo Fraile dejó entrever que la palabra “veto” no existe en su diccionario o léxico taurino porque cada diestro tome a su mera voluntad y responsabilidad propia, la decisión de vestirse de luces y salir a torear tras saltar el charco entre Europa y América por “salvar“ una feria como la del santo patrono San Sebastián de enero 2016.
La empresa taurina que lleva por nombre la del ilustre Don Fabio Grisolía, hizo de tripas corazón para salvar los muebles del periplo recién pasado y aún gracias al patriarca de las ferias en este país: Lic. Hugo Domingo Molina desde sus dehesas ganaderas. En un país donde no se consigue ni pasta dental para calmar una mala palabra, o el mismísimo papel sanitario o el papel en bobinas para la imprimir la cotizada noticia y sin entrar en más detalles de lo que hace falta en los estantes comerciales… y sin embargo en Venezuela se dan ferias gracias al gesto de toreros que se la juegan y salvan la honra taurina empeñando palabra de parte y parte: Toreros y empresarios. Pero lamentablemente la fiesta carece de dolientes y para muestra lo de Maracay su patrono San José donde sólo fue Erick Cortéz quien enfrentó al tribunal agrario que quiso tomar por asalto la feria de Marzo.
Dónde están los que representan al gremio de los que se visten de luces, todavía no he visto un solo comunicado del señor Leonardo Varela, por decirles algo más o menos. Los santos patronos y sus ferias no tienen quien les escriba. El Ing. Nelson Grisolía quiso, a última hora, en la Fiss de enero 2016 que torearan tanto Jesús Enrique Colombo como Manolito Vanegas, altos abaluartes de la fiesta brava por nuestro país entre España y Francia, y le salieron al paso unos señores de la comisión taurina, aventureros de oficio, desconocedores del arte de la tauromaquia e impidieron que fuese posible su ansiado debut en su propia tierra.
La fiesta sigue andando entre saltos y sobresaltos…y nadie sabe cuál será el destino de la FISS 2017. Porque no sólo de buenas intenciones vive el hombre, de buenas intenciones está repleto el universo, pero quién resuelve. Hagamos eco de este tema que sumen realidades y no que resten posibilidades.
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