Nota de Opinión sobre columna publicada en un diario aragüeno el 29-01-13, titulada: “El Califa de Aragua cumbre en San Cristóbal”
Por: Nayib J. Benítez
Soy estudiante del 7mo semestre de comunicación social y estoy muy cerca de obtener mi título de periodista en mi alma mater la Universidad Bicentenaria de Aragua; y gracias a las enseñanzas y consejos que he recibido de mis excelentes profesores, me he ido formando como un buen comunicador.
La veracidad y la ética, son dos valores indispensables y preciados que posee un periodista o quien escribe, ya que al emitir una información, o una opinión, los lectores (o televidentes en caso de medios audiovisuales) confían y confiarán siempre en lo que leen, conformando así un seguimiento por parte de los lectores hacia el periodista o quien escriba por ser la persona que siempre les mantendrá informados con la verdad. Sin embargo, cuando la veracidad de quien escribe está en duda, es cuando vendrá -por parte de los lectores que le siguen- una desconfianza, tarde o temprano.
Esto antes dicho es lo que nos enseñan a los estudiantes de comunicación social, quienes tenemos como regla inquebrantable, decir la verdad. Todo esto viene a raíz de una nota por parte de un reconocido cronista taurino que en su publicación en un importante diario aragüeno del día 29-01-13, tituló (cito) “El Califa de Aragua cumbre en San Cristóbal”; y luego acotó en la misma nota: “todos nos han dicho que la labor del Califa fue sorprendente, cumbre, y que si no se pone a seguir el pedido del público que solicitaba el indulto del noble y bravo astado de Rancho Grande, y hubiera montado la espada con suficiente tiempo, otra cosa ha podido ser el resultado. Es más, si mata ese toro también se hubiera traído el trofeo de triunfador de la feria.”
Ahora bien, sólo quien estuvo presente en la plaza Monumental de Pueblo Nuevo, sabe cómo fue en realidad, y de manera objetiva, la labor del joven diestro aragüeño; y con toda responsabilidad debe decirse, que el diestro estuvo bien, con algunos pases aislados, pero con tandas que logró ligar con buena técnica aunque sacando al toro hacia las afueras con el pico de la muleta en algunas ocasiones; lidiando un toro que por momentos se paraba y tenía medias embestidas. Estos pequeños detalles que terminan siendo gigantes a la hora de otorgar un indulto, fueron considerados por la Comisión Taurina que ordenó matar el toro con un aviso, pues no existía consideraciones para indultar al toro lidiado en tercer lugar. El diestro se puso muy pesado con el acero con cuatro espadazos y cinco descabellos y le fueron tocados los otros dos avisos.
Nunca, el diestro “estuvo cumbre”; ni tampoco el toro era “noble y bravo”, pues si hubiese sido así, el pañuelo naranja -con toda seguridad- se hubiese visto desde el palco presidencial.
Por otro lado es entendible que se le haya otorgado el trofeo a la mejor faena a “El Califa” porque fue la medianamente completa de toda la feria; y digo medianamente, ya que el toro nunca terminaba de colaborar y el diestro lo sacaba hacia afuera.
Luego de leer esta columna del diario aragüeño, me comuniqué telefónicamente con el cronista autor de la misma, para expresarle mi desacuerdo en cuanto a su publicación por mis argumentos antes expuestos, los cuales -dicho sea de paso- fueron los mismos que tuvieron los medios que estuvimos cubriendo al última corrida de la Feria de San Sebastián.
En otro orden de ideas, en relación a lo publicado en el mismo diario, el día 30-01-13 por este cronista, quien escribió: “hemos recibido señalamientos desagradables por parte de un miembro de la crónica taurina, quien está en total desacuerdo y difiere violentamente de nuestra publicación que la llevamos a nuestros lectores”. Debo decir que nunca hubo de mi parte una reacción de manera violenta, pues mi intención era comentarle lo ocurrido en la última de feria; pues, yo sí estuve presente; y pude detallar cada momento de la labor del matador, por lo que estaba algo errado en su publicación; nunca hubo ni existió ofensas, solo le esgrimí mis argumentos antes expuestos para explicarle lo que realmente sucedió.
Más adelante en la misma nota del día 30-01-13 agregó: “Estimamos, que en nada desmerita una labor realizada con la muleta el hecho de que por alargar una faena donde el soberano pedía el indulto del toro, suenen los avisos” estas palabras fueron las mismas que un servidor le comunicó al mismo cronista en la conversación telefónica.
Terminando mi respuesta, debo aclarar un último detalle que esgrimió el cronista: “Es más, el toro no se fue vivo a los corrales, sino que por tardar en doblar sonó el tercer recado” y hay que aclarar que el toro dobló luego del 3er aviso y de que el matador se retirase, por lo que la Comisión Taurina ordenó apuntillar al toro; además, todo cronista sabe que al tocar el tercer aviso y así el toro muera en la arena, debe decirse que el toro se le fue vivo, porque no pudo darle muerte; eso es en España, México y demás países taurinos.
Para culminar y cerrar este capítulo, debo señalar que todo esto no se trata de perjudicar o estar en contra del matador de toros Hassán Rodríguez “Califa de Aragua”, puesto que debemos exaltar a los valores aragüenos y venezolanos pero siempre debe hacerse con la verdad.
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