Debut triunfal de Fandiño en san Cristóbal. Foto: Fernando Zambrano
Por: Víctor Ramírez “Vitico”
Iván Fandiño triunfó a ley en la segunda corrida de la feria internacional de San Sebastián, y el tachirense Gregorio Torres “Maravilla” deslumbró a muchos, revelándose como un gran torero perdido en el anonimato, firmando una gran actuación que pudo ser de tres orejas de no fallar con los aceros.
Maravilla llegaba a la corrida con un festejo toreado en dos o tres años de largo olvido y tras cinco temporadas ausente de la feria de San Sebastián. A su primero lo lanceó con gusto y temple a la verónica, banderilleando con ceñimiento, exposición y poder, destacando un escalofriante par por los adentros. Maravilla abrió la faena con buenos y efectivos pases por alto y ya en los medios, con el engaño siempre por delante, para enganchar al buen toro, le toreó con largura, mano baja y un temple de terciopelo. Buenos los pases con la derecha y excelentes varios naturales, aprovechando a carta cabal a “Violinista” del que pudo cortar las dos orejas de no pinchar arriba en dos ocasiones. Al cuajado quinto le banderilleó con facultades y valor. Abrió con poderosos y efectivos doblones para a continuación exponer sus argumentos, con un toreo fluido, de mano baja y poder, con el adecuado remate de largos pases de pecho. El toro, complicado y encastado fue dominado totalmente por el moreno diestro que desgranó varios naturales de largo trazo y poder. En éste estoqueó certero de entera caída y le otorgaron una oreja de ley.
Grata impresión dejó Iván Fandiño que lanceó con suavidad y tersura al toro de su presentación, destacando varias verónicas de delicioso temple y cordobinas relajadas y toreras. Tras un soberbio e inspirado quite por tafalleras, Fandiño toreó encajado, ceñido y con la mano bajísima en una demostración de oficio, poder y clase. Excelentes sus muletazos con ambas manos, hondos los pases de pecho, garbosos sus remates por bajo, intensas sus series. Aprovechó al máximo al noble ejemplar de nombre “Presumido” al que tumbó de una soberbia estocada que dio paso a dos unánimes orejas. Volvió a lancear con gusto Fandiño al sexto, con verónicas lentas, recreadas y suaves. El español se encajó de riñones, enganchó por delante siempre al toro, que por momentos se vencía pero al que dominó plenamente, sin mover un musculo tocando con precisión, enganchando con autoridad y toreando con temple. Una estocada defectuosa le privó de otro trofeo.
Se presentaba en esta plaza Juan José Padilla que se vio mermado de facultades, aunque en su primer toro lanceó bien a la verónica, banderilleó con voluntad y toreó con cierto temple en varios pases de buen trazo, ante un toro noblote aunque algo soso. Se fue a los guiños para el tendido el jerezano que tras una estocada tendida escuchó palmas tras petición. Excelentes los lances de recibo del jerezano al cuarto, pero ahí se acabó lo que se daba. No le gustó a Padilla el toro, que fue muy mal picado, no banderilleó y con la muleta simplemente abrevió.
Ficha de la corrida
Plaza de toros de San Cristóbal.
Viernes 25 de enero.
Segunda corrida de feria.
Tres cuartos de entrada en tarde nublada y fresca.
Tres toros de Rancho Grande (primero, tercero y quinto) y tres de El Prado (segundo, cuarto y sexto), desiguales de presentación y de buen juego en líneas generales. Nobles y con recorrido, destacaron segundo y tercero.
Pesos: 480, 455, 480, 460, 475 y 490 kilos.
Juan José Padilla, de azul marino y oro con remates negros: Palmas tras petición y silencio.
Gregorio Torres “Maravilla”, de celeste y oro: Palmas tras aviso y oreja.
Iván Fandiño, de azul rey y oro: Dos orejas y palmas. Salió a hombros.
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