21/1/13

De nuevo triunfa la ganadería Los Ramírez

Ricardo Ramírez -ganadero- y el español: Esaú Fernández en la vuelta para recibir el aplauso del público maracayero. Foto: gladys Castillo

* CORRIDA 80º ANIVERSARIO DE LA MAESTRANZA DE MARACAY

Por. José Luis Jiménez

Cinco orejas se cortaron en la Maestranza de Maracay en medio de dos grandes acontecimientos: los ochenta años de la inauguración de la plaza y por la alternativa de Alejandro Chacón.

En la lectura se puede considerar una corrida exitosa, en la cual dos toreros españoles: Ruíz Manuel y Essaú Fernández se han hecho notar con sus expresiones artísticas; pero el arrollador triunfo ha sido para el ganadero Ricardo Ramírez con el Rey de la fiesta como verdadero protagonista. Una vez más, el joven ganadero ha presentado una corrida irreprochable, variopinta, con fachada y -exceptuando al primero, que fue el lunar del encierro-, otras cinco orejas se llevaron al destazadero los toros de Los Ramírez.

Entrando en detalles hemos observado que la perseguida y esquiva alternativa de Alejandro Chacón al fin se hizo realidad ayer domingo 20 de enero en la Maestranza de Maracay.

Con el lógico nerviosismo que representa asumir esta responsabilidad, no acertó al escoger el toro de la ceremonia que llevó por nombre “Campeón”, de la ganadería Los Ramírez, marcado con el número 202 y con un peso de 440 kilos.

Fue un toro manso con tendencia a oler la puerta de salida y en tal empeño realizó dos impresionantes saltos al callejón que sembraron el caos para los allí presentes y la hilaridad en los tendidos.

No hubo material para el éxito y como estuvo breve y acertado con la espada, se le agradeció con una larga y respetuosa ovación.

Con el de cerrar la jornada hubo cambio de decorado, aunque a veces, lo peor que le puede suceder al que se viste de torero en plaza de máxima responsabilidad, es que le salga un toro de calidad suprema. Un toro para ejecutar el toreo con la sensibilidad y la hondura de los elegidos para encumbrarse. Y nos es que Alejandro Chacón haya estado mal, pero le faltó el bocinazo desde el callejón para indicarle que el toreo es de lentitud y no de rally. Las consecuencias se vieron ante el pésimo desempeño con las banderillas y dejarse rebasar por su antagonista quitándole la muleta en algunas ocasiones.

Sabemos que es muy pronto para censurarle, pero por el gran esfuerzo hecho por su apoderado Pedro Chacón, para sacar adelante el acontecimiento en referencia después de los intentos frustrados previstos en España, había que jugarse el tipo a como diera lugar y facultades.

Destacó en algunos trances en la postrimería de su intervención, pero sin mucho aplomo. No es de dureza esta crítica, sino de una realidad que deben tomar en cuenta los toreros venezolanos cuando el toro colaborador está ahí. Afortunadamente anduvo acertado con el estoque y en premio a ello fue valorado con una oreja que recibió en medio de una aclamada vuelta al ruedo. Tiene un reto por delante cuando apenas inicia su andar con la investidura que ahora posee.

Por su parte, el almeriense Ruíz Manuel, quien había presentado credenciales en Turmero hace dos años, pudo haber cortado cuatro orejas y no conformarse con medianías, lo que no se justifica por su buena cantidad de años en esto del toro. A su favor destacamos que hubo ritmo y parsimonia en el primero de su lote con sinceros muletazos, pero sin apretar el acelerador. En ambos que lidió tuvo el acompañamiento musical, pero una orejita en el del debut consideramos que ha sido un premio insignificante cuando el lote fue de lujo.

Cayó de pie y con gracia el también debutante Essaú Fernández, y es que esa gracia sevillana no se puede tapar. Se vio fácil con la capa, realizando quites por chicuelinas que llevan la locura a los tendidos, añadiéndose a su correcto desempeño las buenas tandas por naturales y derechazos que se sucedieron lentos y mandones con la rúbrica de excelentes pases de pechos. Al tercero de la tarde (primero de su lote) que llevó por nombre “Jimenito”, se hartó de torearle preparando el terreno para encontrar respuesta del soberano que solicitó justicieramente el indulto al bravo y noble toro.

Con el rechazo de algunos colegas cronistas la autoridad concedió el perdón a “Jimenito” que se negaba a regresar a los corrales, mientras que el torero logró su cometido de venir a “conquistar la América”. Dos orejas simbólicas del tercero y una del quinto despeja el camino al torero sevillano para ganarse la simpatía de la afición; misma que le retuvo un buen tiempo en el patio de caballos para la foto de rigor.

Con este festejo se inició el jubileo por el aniversario de la Maestranza de los sueños, que regresará a la actividad el venidero domingo 3 de febrero, donde serán lidiados seis escogidos toros de la ganadería triunfadora Los Ramírez, con el mano a mano de la década: Leonardo Benítez y El Califa de Aragua

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