21/1/11

La edad de oro del Toreo

La pareja taurina mas importante de comienzos del siglo XX conformada por los toreros sevillanos: José Gómez Ortega "Joselito" (der) y Juan Belmonte "El Pasmo de Triana" (izq). Foto: sevillatequiero.blogspot.com


por: Enrique Barrios Barrios

PLANTEAMIENTO.
La inmensa mayoría de tratadistas, estudiosos, historiadores, cronistas y aficionados de la Fiesta Brava han considerado como la verdadera época de oro del toreo, la mantenida por la pareja taurina mas importante de comienzos del siglo XX conformada por los toreros sevillanos José Gómez Ortega –Joselito- y Juan Belmonte – El Pasmo de Triana-. Hay sin embargo autores que hablan de otras edades de oro del toreo, como las que se refieren a las etapas históricas vividas por Lagartijo y Frascuelo así como la correspondiente a Manolete, pero en general la casi totalidad de lo que se ha escrito, se presenta uniforme al sostener que los valores taurinos de carácter técnico, emotivos y artísticos del momento histórico de Joselito y Belmonte han sido, son y seguirán siendo inigualables y por tanto, insuperables.

EL TOREO DE JOSELITO.
Con la rivalidad de estos dos toreros y su pugna respectiva, surgen dos maneras de efectuar la faena, dos concepciones del arte de torear diferentes; cada uno con su propio estilo. Del lado de Joselito: la Ciencia y la Técnica, suscitando su toreo el olé al encarnar la lidia llena de gracia, agilidad y dominio; es decir, practica el estilo de la escuela sevillana promovida originalmente por José Delgado "Pepe Illo". Joselito hace el esfuerzo por perfeccionar el toreo tradicional, lidiando en el terreno que le corresponde y conduciendo al toro por el suyo, realizando una faena llena de asombro y maestría que sirvió en el futuro como modelo de armonía, estética y efectividad.

EL TOREO DE BELMONTE.
A Belmonte se le conoce como el torero del ay, pues se le atribuye la creación de la categoría trágica del toreo, así como el trasteo serio, sereno, de riesgo o peligro, que vienen a ser los elementos que identifican el estilo o la escuela taurina de Ronda, cuya iniciación le correspondió a Pedro Romero. La revolución de Belmonte consistió igualmente en torear metido entre los pitones, parando, templando y mandando al toro mediante la muñeca y los brazos. En la conjunción de estas dos fórmulas de torear, reside lo más excelso y sublime de la Fiesta Brava por reunirse en el mismo objetivo, lo clásico con la innovación.

enbebe@hotmail.com

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