Tomás Martínez corta una oreja en su alternativa.
por: Víctor Ramírez “Vitico”
Una gran faena se quedó sin la rotundidad de las orejas por culpa de la espada, o mejor dicho, del torero que la usò, que vio como una estupenda labor se quedó sin trofeos. Eduardo Valenzuela cambió la puerta grande por una clamorosa vuelta al ruedo, en la tarde de la alternativa de Tomás Martínez, que cortó la única oreja de la tarde.
Tomás Martínez estuvo digno, resolutivo y entregado con el noble toro que sirvió para que ascendiera al grado de matador de toros .Con unas voluntariosas verónicas lo recibió el toricantano, que cuajó varios muletazos buenos, de largo y fino trazo, sobre todo al natural. Bien Martínez, que a pesar de algunos enganchones, supo domeñar las embestidas del noble “Amor de Paso”. Una estocada baja con derrame no fue òbice para que cortara la primera oreja de su carrera como diestro de alternativa.
Ante el cuajado sexto, Martínez estuvo inteligente y torero. El toro se pegó un costalazo monumental al inicio del trasteo, quedando muy mermado. Martínez le toreó con reposo, lo dio aire entre tanda y tanda, le dejó el engaño en la cara y fue capaz de echar arriba la faena, con un astado noble, pero mermado. De no fallar con el acero hubiese cortado la oreja.
Con oficio, disposición y buenas maneras, Sánchez Vara solventó la tarde con dignidad y entereza.
Fue su lote el más deslucido de la tarde, pero el español demostró su veteranía. A su primero lo saludó con una larga cambiada de rodillas, buenas verónicas y una garbosa revolero. Lucido en quites, banderilleó con facultades, para torear con inteligencia, recursos y una bien aprendida técnica. El toro, noble pero mansurrón, que salía de las suertes con la cara alta no le permitió más. Decoroso ante el cuarto, un astado parado y mansurrón, Vara volvió a mostrarse por encima gracias a su oficio. Bien con el capote y en banderillas, se dobló poderoso al inicio del trasteo, pero su buena voluntad se vio de nuevo condenada por la poca colaboración de su antagonista.
Eduardo Valenzuela vivió las dos caras de la fiesta, la amarga en su primero, un astado mansurrón y deslucido, al que recibió con estéticos lances a pies juntos. Banderilleó con voluntad el diestro, para intentar remontar un ambiente a la contra. Consiguió buenos pases sueltos pero falló estrepitosamente con la espada, al extremo de escuchar un aviso en medio de pitos. Se desquitaría a lo grande con el bravo y noble quinto, al que banderilleó con acierto. Pero sería con la muleta con la que Valenzuela demostró su buen gusto, clase y oficio, en una magnífica labor, que comenzó con toreros doblones. Varias series de largos y profundos muletazos del valenciano, hicieron que el público vibrara. El excelente toro seguía con dulzura el engaño que siempre por delante le presentaba el torero, que toreó a placer, destacando por la hondura, belleza, ritmo y clase.
Tristemente la estupenda labor se emborronó con tres pinchazos que dejaron en el torero la amargura de perder las orejas, pero que no nos pueden hacer olvidar que hizo el toreo con mayúsculas.
FICHA DE LA CORRIDA
Plaza de toros Coliseo El LLano de Tovar
Viernes 12 de septiembre 2014.
Primera corrida de feria.
Media entrada en tarde fresca.
Toros de La Cruz de Hierro, bien presentados, serios y hondos. Noble el primero, descastados y mansurrones segundo y cuarto. Soso el tercero y noble pero sin transmisión el sexto. Bravo, noble y encastado el quinto, “Indio Salvaje”, número 565, negro bragado, premiado con la vuelta al ruedo.
Pesos: 450, 460, 450, 430, 470 y 483 kilos.
Sánchez Vara, de blanco y oro: Palmas y silencio.
Eduardo Valenzuela, de azul marino y oro: Pitos tras aviso y Vuelta.
Tomás Martínez, de verde esmeralda y oro: Oreja y Silencio tras aviso.
Tomás Martínez tomó la alternativa con el toro “Amor de Paso”, número 580, cárdeno bragado.
Sánchez Vara se presentó en Venezuela con el toro “Cielo Plateado”, número 560.
Destacaron en la brega Gerson Guerrero, Eduardo Graterol, Enzo Antequera y Fabián Ramírez, y en banderillas José Antequera.
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