6/9/14

Colombia y qué vergüenza para vosotros toreros

Plaza de toros de Illumbe de San Sebastián cerrada a las corridas de toros por su Ayuntamiento etarra de Bildu. Foto: tauroweb.es

* Mientras los novilleros colombianos se juegan la vida dentro y ahora fuera de la plaza para defender el espectáculo, en España nadie ha hecho na-da de na-da para que vuelvan los toros a Cataluña ni para que abran la plaza donostiarra de Illumbe. Nadie de los toreros y taurinos salvo el crítico Luis María Gibert, fallecido en la causa.

tomado de: blog deltoroalinfinito - por Ricardo Díaz-Manresa

¡Qué vergüenza para todos vosotros, toreros, los de arriba, de de la mitad de la tabla y los de abajo!. ¿No se os cae la cara después de ver lo de Colombia? ¿Habéis sentido dolor en el alma tras lo que han sido capaces de hacer unos novilleros colombianos?

Todos tan contentos viendo como se iba Cataluña (eso sí parlamentariamente), cómo birlaron la Semana Grande de San Sebastián sin que dijérais ni pío. Y cómo se está yendo La Coruña, y otras cuantas más que se fueron en silencio, sin que nadie las defendiera. Y lo que te rondaré morena.

JT, el fantasma de la tauromaquia, que aparece un día y se esconde 300, que dicen tenía tanta fuerza en Barcelona (para llevárselo, desde luego) y no movió un dedo, digo : un labio, para intentar frenar la prohibición. El día de la votación dejó solo y llorando al catalán Serafín Marín. Él, torero mimado por Barcelona, y que correspondió con el hielo del silencio y de la indiferencia.

Él y todos los demás: Ponce, Morante, El Juli, Perera, Talavante, Manzanares, Castella, Padilla, El Fandi, Fandiño, Ferrera, El Cid y un largo etc . Ninguno. Nadie ha hecho na-da de na-da (que sirva). Las declaraciones de Julián López sobre la vida, la libertad y la justicia, bonitas pero ineficaces. Las “lecciones” de torear (menos en Xixón, por la pérfida) es oropel ligeramente positivo. Los cuentos de cada día, agua que corre por el río. Por sus frutos los conoceréis. No os fiéis de las palabras, sino de sus hechos, una de las normas que sigo más y que intento inculcar a los míos. Palabras no. Hechos sí.

En el Parlamento, los socialistas dijeron mentiras de esperanza y después traicionaron al toreo a la hora de la verdad. Una puñalá más. Partido vitriólico y dañino donde los haya. Me río cuando dicen que hace falta este partido para consolidar la convivencia y la democracia en España. Un partido de izquierda, de dura y leal oposición, honrado y velando por el bien común, sí, desde luego, ¿pero éste?. Igual que los otros, los peperos, que al menos nos sacan de los eriales económicos que les dejan cada vez que gobiernan. Pero si desaparecieran los dos por algo mejor, miel sobre hojuelas. Son los culpables de que tengamos el miedo en el cuerpo con “Podemos”, que entre otras muchas barbaridades pone en su programa prohibir los toros.
Y es que la vieja Europa, vieja ¿y qué más?, no se defiende, ha perdido sus valores, no sabe preservar su cultura o le da igual, y caen los toros, las costumbres, la cultura, las creencias…mientras la invaden el islam y todo el que quiere y tiene fuerza de convicción.
Llegan a España amigos míos que vienen de vacaciones y se asombran del destape de nuestras jovencitas, que enseñan por la calle más carne de la que podían ver muchos por primera vez hace unos cuantos años en la noche de bodas. (En eso llevan la delantera y aprovechan el tiempo antes).

El caso es que se perdió Barcelona y San Sebastián ante la indiferencia general. Parlamento -¿democrático?- en Cataluña y alcalde dictador en Donostia (como en la Santa María de Bogotá) y unos reaccionan callándose como muertos y los otros, en la capital colombiana, se ponen en huelga de hambre, se juegan la vida también fuera de los ruedos y, de momento, ganan. De momento porque hay que ver cumplida la sentencia. Al exterrorista Petro y actual dictador lo echaron de la alcaldía pero volvió con no sé qué artimañas legales. Por eso, los novilleros seguirán en huelga hasta que la plaza esté abierta, no vaya a ser que se cumplan las sentencias allí como en España.

Es una pena haber llegado a la situación española por la desidia, cobardía y rutina de la clase torera. De los matadores de toros, ni uno. De los rejoneadores, tampoco ni uno se rebeló. Y de los novilleros todos siguieron por la ruta del amén. Y ahí siguen todos. Sin una protesta, ni una manifestación formal ni, muchos menos, huelgas de hambre.

Los ganaderos están viendo pasar la prohibición de la plaza de la Merced y el entierro de Illumbe sin mover una pestaña. Y a los empresarios no les pidamos un gesto de defender su negocio. Ellos están para rapiñar hasta el último momento. Los grandes empresarios –les viene ancho lo de grandes- son las grandes monarquías hereditarias. Les cayeron del cielo los negocios y la plazas.

Benditos sean, pues, los novilleros colombianos que, salvo en Parla, nadie les ha ofrecido un pitón en España cuando ya tenían que estar forrados de ofrecimientos. Les dará también vergüenza reconocer que no se atreven a defender lo suyo en la antes llamada Madre Patria. Qué poca tenéis todos vosotros, toreros y taurinos españoles.

Tampoco los tribunales se dan prisa. Pasan y se atrasan.

Sólo nos queda el crítico Luis María Gibert, fallecido en la causa.

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