Sábado 18 de Mayo en San Cristóbal


Bono de colaboración desde 10 $ en: Asogata, 
Escuela Taurina César Faraco: Plaza Monumental, Pueblo Nuevo  
Restaurante Miura: Calle 18 con carr. 20, San Cristóbal 
Contacto: 0412 658 4112

16/1/14

Julio Ramírez: Un pionero andino

Julio llegó a ser un empresario de ochenta “corridas” en un año, lo cual es una cifra que ni en España suele alcanzar un emprendedor taurino.

por: Nilson Guerra Zambrano

No siempre resulta fácil hacer reconocimientos mientras las personas, que deben ser objeto de ellos, están vivas, por variadas razones. Las prisas conllevan olvidos y esos olvidos solemos taparlos con palmaditas o palabras de afecto a esos hombres y mujeres de méritos.

Con la desaparición física de un amigo o personaje viene un punto de quiebre o momento de reflexión y nos percatamos de la falla cometida o del involuntario descuido. Claro, no todos percibimos la obra realizada con la misma visión o proyección que tuvo, como para producirnos dolor y resaltar logros.

Todo lo anterior para decir que debimos haber tenido un gesto de premio, recompensa, estímulo o exaltación de méritos del promotor taurino merideño Julio Ramírez, ese simpático personaje que inundó de taurinismo la geografía biestadal tachirense y merideña, y que supo sembrar de afición los más remotos pueblos.

Julio llegó a ser un empresario de ochenta “corridas” en un año, lo cual es una cifra que ni en España suele alcanzar un emprendedor taurino. La cuenta la hicimos mientras cenábamos en La Fria, en julio de 1982, junto a Nerio Ramírez “El Tovareño”.

Las corridas no eran otra cosa que las clásicas novilladas, con todo el ritual propio de un festejo mayor: carteles que anunciaban la procedencia de las reses criollas, los diestros, la banda de música, la presidencia y – en letras grandes - el patrono o patrona del lugar.

Si pudiera parecer exagerada la ochentena, solo dejo un ejemplo. En 1971 tanto Táriba como Tovar celebraron ocho festejos, de domingo a domingo, pero de ahí en adelante sume Usted amigo lector de cuatro a cinco festejos en Coloncito, La Fria, La Grita, Colón, Michelena, Lobatera, Rubio, Santa Ana, Delicias, Rio Chiquito, Abejales, Pregonero, Capacho, Ureña, San Antonio, El Piñal, Santa Bárbara de Barinas, Socopó, El Vigía, Caño Zancudo, Ejido, Bailadores y otros pueblos ciudades.

No todos los años organizó en todos estos lugares, pero la sola mención sirve para fundamentar lo más resaltante: Julio alcanzó el sitial de primer empresario taurino de Venezuela, sin que eso le importara o fuese una posición a manera de ranking o escalafón, y como tal sembró afición, la misma que sirvió para sostener la tradición y cultura taurinas, que finalmente desembocaron en la consolidación de los feriales anuales de San Cristóbal, Mérida y Tovar.

Estas ciudades reúnen en sus festejos miles de personas de otros lugares vecinos. Es sencillo comprobarlo. El tráfico vehicular de los vecindarios aumenta, en días de corridas, luego del mediodía. Es el resultado de muchos años de festejos menores concebidos como populares y patronales.

Tiene esto importancia? Claro que sí. Las fiestas locales pudieron derivar hacia juegos con toros o capeas populares, de menor costo, de no haber tenido organizadores como Julio Ramírez, a quien debemos agregarle además la creación de empleos, generación de impuestos municipales para celebrar las fiestas religiosas y el singular hecho de que toda la torería andina, reforzada con centrales, recibía oportunidades. En él no cabía la mezquindad.

Los méritos se acrecientan. Ubicar toros criollos, en lo posible lidiables, de buena presencia, en tanta cantidad como se requería, transportar las plazas de madera, realizar el montaje con precisiones y alta seguridad, generar beneficios económicos para mantener la cadena ferial, requería una capacidad, habilidad y astucia encomiables. Y eso tenía, justamente, Julio Ramírez. Los Concejos Municipales, las Juntas de ferias y hasta los párrocos lo buscaban para organizar los festejos taurinos y con ese dechado de simpatía del que siempre dispuso no era difícil concertar un acuerdo.
Ha muerto un pionero de la tauromaquia andina. Dios lo reciba en su seno. Un abrazo de pesar a sus familiares. Con especial afecto.

16.01.14

Nilson Guerra Zambrano
www.nilsonguerra.com

1 comentario:

  1. efectivamente nilson muy buena tu nota sobre esa gran persona quien fue don julio ramirez velasquez que si estoy equivocado nacio en merida en barrio de milla,y como julio tambie hay otros personajes que se les ha obviado como pedro navarro y julio romero que ni los toman en cuenta como los propulsores de las ferias en los andes.

    ResponderBorrar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Artículos anteriores