Posee los argumentos fundamentales para convertirse en firme y sólida promesa
Por: José Luis Jiménez
Dice un refrán que “La paciencia es buena ciencia”; cita que podemos aplicar al novillero Ramis Hassán Rodríguez El Califa de Aragua, en la antesala para convertirse en Matador de Toros el viernes 17 de febrero de 2012 en el inicio taurino de la Feria del Sol de Mérida.
El domingo 5 de febrero en horas de la noche regresó a nuestro país, luego de permanecer en España haciendo campaña por casi seis años. Durmió en casa de su amigo Orlando Torres y el lunes se trasladó a tierras andinas para ver, oler y sentir el contacto directo con el bravo en el campo.
No todo ha sido camino de rosas para el joven torero aragüeño. En festejo celebrado en Maracay en el 2003, luchó contra la parca -que casi se lo lleva-, cuando un astado de El Marqués de la Real Defensa le propinó una peligrosísima cornada con rotura del duodeno que le mantuvo al borde de la muerte. Fue una agonía, hubo una junta médica de emergencia; la Clínica Lugo de Maracay comenzó a llenarse esa noche de aficionados y amigos íntimos; especialmente Gustavo Pérez, quien junto al matador Luis de Aragua (para ese entonces presidente de la AVMTN), se encargaron de los costos que ameritaba su intervención.
Muchos creían que ese sería el final de su incipiente carrera; y lejos de tal verdad, le insufló ánimo para no dejarse vencer. Apenas cumplido su largo proceso de recuperación, fue autorizado por los médicos, para encerrarse con dos astados de Los Aránguez en la desaparecida placita de toros de La Morita donde se probó y demostró que sí podía continuar. Así vemos, en un parpadeo de tiempo y distancia, que hoy su historia no es una aventura sin fundamentos.
El Califa de Aragua posee los argumentos fundamentales para convertirse en firme y sólida promesa de cara a un relevo generacional del toreo venezolano: su artístico capote, los arriesgados pares de banderillas -como usufructuario del segundo tercio-, y la muleta que para, manda, corre la mano y hace grandes concesiones a la estética, le han señalado tomarse esta riesgosa profesión con mucha seriedad y pasmosa serenidad.
En su capacidad síquica y somática ante los toros, los aficionados esperan que el éxito corone su esfuerzo y los triunfos escalonen la vida taurina que ahora empieza este auténtico valor de nuestra cantera.
Suerte Califa de Aragua..!
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