El retiro de los ruedos, en Mèrida, de Mauro Pereira
por: César Dao Colina
*HA dicho hasta luego un torero de plata en la feria de su tierra natal. Un banderillero-me cuesta llamarlos subalternos- venezolano, como mientan los aficionados, dijo adiós en la PlazaMonumental de Mérida. Cuarenta y tantos años ''acariciando'' el capote grana y oro al compás de los palos de colores. La despedida de un torero, sea matador, picador, banderilllero, o de otros estamentos del andamiaje de la Fiesta Brava, ya se trate de un monosabio, mozo de espadas, arenero o uno menos, resta un nombre y suma lágrimas calladas que atenazan la garganta. Ir no es volver porque el silencio se remonta a la nostalgia de los soles rejoneando la arena cuando el murmullo de las plazas se confunde con los trajes de luces, entretanto, los toros, aguardan con las guadañas de la muerte para imponer su ley cuando el diestro desperfila la lidia en un segundo de tragedia...
*TODO en los toros tiene su importancia; y, una despedida, muchísimo más...esta vez la de Mauro Pereira, caballero y amigo bueno de tantos años, quien entristeció el manto de la arena andina, con aquel monterazo en redondo, abarcando la boca de la plaza, enterrando aquellas ilusiones de la vez primera, porque quien carezca de ambición y afición ya puede irse a escribir pendejadas de fracaso impenitente a cualquier hora.*Mauro, ahora, en su perfilado silencio, con sus pausados pasos rielando las calles nuestras, donde se adivina que ''allí va un torero'', así, aún con las canas ubicadas en su tiempo que denuncia '' que dejó algo'', con esos nuevos gestos abrazados a los recuerdos de lo que fue, deja a su hijo, ese muchacho animoso que le desprendió-no le quitó´- temblorosamente el añadido a su padre, mientras, el Alma Llanera, rompía los hilos que enhebraban la partitura de la cordillera suya...sí, ese otro Mauro, Mauro José, quien debe saber que a los toros hay que saberle caminar por la cara, lanceándolos a su aire, sin molestarlos, acariciando sus embestidas con las muñecas y ¡jamás y nunca con los hombros,! dándole aire a sus acometidas con las bambas de la enclavelada capa....y, con los palitroques, irse despacio hacia la cara del toro, dejándose ver, dándole la voz, esperando que el toro se arrranque primero para reunir en la jurisdicción clavando en lo alto, axialmente, sobre la pierna de salida para luego salir airoso, como declamaba el poeta, caminando, andando, con elegancia y torería...porque Torería tiene el espada, el de a caballo, el banderillero, el mozo de puyas, el monosabio, el arenero, los hombres del Tiro de Mulilllas, el Maestro y su banda, el mozo de banderillas...si falla la Torería, la fiesta se decolora afeando su rostro.
*ESE HIJO, a quien le recordamos, que su padre, torero, se dio el lujo, en muchos carteles de tronío, claro, sí, el lujo de correr a los toros a una mano, llevándolos de tercio a tercio; dejándolos en el sitio adecuado con pocos capotazos, como lo conceptuó en Valencia ante un toro de Don Reyes Huerta llamado ''Nopalito''...y pareó tantas veces con eficacia y prontitud a reses como ''Timbalero'', ''Cantodulce'', ''Sedalina'', ''Polvorín'', ''Matajacas'', ''Cara Alegre'', ''Viudo'', ''Molinero'', ''Solitario'', ''Don Javier'', ''Pelo Lindo''...en fin, tantos en plurales cosos a reventar. ¿Cierto, maestro Mauro?
*ENHORABUENA, torero de plata y que en plata de ley se enchape esa martillina de tu no poder dormir luego que saliste por la Puerta de Cuadrillas de tu Plaza; ese llanto que humedeció el pecho de tu camisa torera planchadita y con rizos de valor cuando te la quitaste sin pulso ni temple de sastre con agujas de veteranía...ese insomnio que te desespera en el morrillo del desvelo y, que para que desaparezca, es necesario que guardes el vestido de torear en el alma armoniosa que te haga comprender que esto ¡ya no es...y, a la vez, sí es!....como lo debe estar pasando mi otro cuate de aquilatadísima carrera como el maestrazo Beto Preciado, quien, ayer domingo, hizo lo propio en La México Insurgente y torera...
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