por: Moisés Cárdenas
La noche arropa mis pensamientos
a menos de veintiocho días que culmine este dos mil catorce.
Y pienso, desde tierras lejanas,
la niebla que invade las montañas del Táchira
en los pasos del espejo de Pueblo Nuevo,
allá donde la arena cuela aplausos, al compás del pasodoble.
Desde la distancia, sueño vestirme de torero
y caminar por la arena entre ramilletes y flores.
Ser triunfante ante la muerte
o viajar al hades y dejar al toro en su plena majestuosidad
como el protagonista del arte.
Desde la distancia escribo mis pensamientos
y mis sueños de abrazar la plaza de Pueblo Nuevo
como un gran poeta con traje dorado y capote.
Desde la distancia sueño en la gente
que camina alegre por la plaza de mi infancia,
por la plaza de mi sueño de ser torero, valiente, decidido y fuerte.
Sé que estoy físicamente lejos de Pueblo Nuevo,
pero en mi mente aún están
los recuerdos de los paseíllos y de los cantos.
En mi mente están los ojos del toro
y su negro pelaje que brilla con el sol.
En mi mente están las historias de los grandes toreros
que vistieron corridas y emociones.
Desde la distancia sueño con estar una tarde en la plaza de toros,
vestirme de torero, caminar por la arena
y sentarme frente al sol escribiendo un poema
en la embriaguez del vino tinto
para que vuele en el cielo y nazca un poema.
viajesideral2@yahoo.com.ar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario