31/12/14

LLegó a su casa Jesús Enrique Colombo

Una verdadera casualidad, ha sido el encuentro con el novillero tachirense Jesùs Enrique Colombo: Le acompañè al partir a España en agosto; y tambièn en su regreso, a los cinco meses.

por: César Omaña
Director de venezuelataurina.com

El novillero venezolano Jesùs Enrique Colombo se encuentra de nuevo en su casa para este fin de año luego de sus dos presentaciones en Colombia: la primera: Debut oficial con picadores en la feria de Cali y otra presentaciòn en Tota, Cundinamarca donde cortò cuatro orejas a dos ejemplares de la ganadería Las Ventas del torero Cèsar Rincòn.

Colombo viene a pasar fin de año y recibir el 2015 en su casa de Tàriba junto a sus padres, hermanos, Tìos, primos y sus amigos de infancia del sector donde se criò. Su hermano Luis Enrique comentò que iban para cinco años que no se reunía la familia; y es tal la alegrìa que tiene el hermano mayor del novillero por este re-encuentro, que ya prontò cumplirà la promesa de bautizar a su primogènita en la Basìlica de La Consolaciòn con su hermano torero como Padrino.

Mientras compartìa con el muchacho en el carro que lo trasladaba de regreso a su casa, me venìa a la mente la madrugada de agosto cuando acompañè a su padre para llevarlo a Cùcuta y enviarlo a Madrid, vìa Bogotà. A las tres de la mañana emprendimos camino para estar a las seis en el Aeropuerto Internacional Camilo Daza con previa sellada de la salida en San Antonio; pasando por La Parada donde el Padre Colombo cambiò una platica a euros para que se la llevara su muchacho. Se iba a España a buscar apoderado, luego que un compatriota venezolano lo malpuso en la Escuela Taurina de Madrid y acabò con su permanencia allì.

Y de agosto para acà, la vida le cambiò de una manera contundente luego de recibir el respaldo de Don Juan Ruiz Palomares y triunfar en cada festejo donde lo pusieron; cortò una veintena de orejas y varios rabos; por el camino me enterè cómo fue ese día del apoderamiento. El dìa de la prueba para ver si le apoderaba, Don Juan no pudo verlo por lo que encargò a su hijo; èste se acercò al aspirante y le dijo algo como esto: Le vamos a soltar cinco vaquillas y si no se puede, no se puede; y se fuè a su puesto en la plaza de tientas. Allì solo estaban Colombo y el hijo de Don Juan.

Le soltaron la primera y Jesùs Enrique no fue mucho lo que pudo hacerle; le soltaron la segunda que si se prestò para el toreo y la estuvo toreando por hora y media, pegàndole pases hasta que se bajò de su puesto quien supervisaba para decirle: Te quedas...!

Ciertamente, Jesùs Enrique es otro cuando està en plan familiar...todavìa no parece que tenga 17 cuando se le ve la alegrìa de estar con los suyos. es la otra cara del toreo... La Familia.

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