27/12/14

Cali / 3ª de Feria: La fiesta de los ernestos

Ventura, Bolívar y Perera por la Puerta Señor de los Cristales. Foto: cronicatoro.com

tomado de: cronicatoro.com - por: Jorge Arturo Diaz Reyes

El nobilísimo encierro de Ernesto González Caicedo y una terna dispuesta, que al final se fue completa por la Puerta Señor de los Cristales, prendieron tremenda fiesta en Cañaveralejo.

Siete santacolomeños en tipo, vueltos, cornicortos, cuatro saltillos y tres ibarreños. Uno, el regalo, feo, a límite de peso reglamentario. Los demás bien presentados y parejos. La mayoría partieron plaza rematando duro en el burladero de la contraquerencia. Fueron al monopuyazo y lo aceptaron. Persiguieron banderilleros, y luego siguieron las muletas humillados, fijos y acompasados. Quizá mucho. Quizá demasiado.

Toreabilidad, esa virtud moderna que Corrochano detestaba, pero que permite convertir la tauromaquia en coreografía. En esta danza solo desentonó el quinto, que hizo brava salida y luego flojeó y desertó. Los demás, pa'las que fueran. Pa'llá y pa'cà. La mucha nobleza disparaba la emoción, y la escasa fiereza la endulzaba.

Pero bueno, qué mejor toro para la fiesta de hoy. Al final, el ganadero, sobreponiéndose a sus quebrantos de salud recibió en los medios el homenaje sentido de una plaza que adora la historia de su divisa, y había ovacionado seis de los siete arrastres.

Algunos creerían que Luis Bolívar, curtido en las corridas más duras, podría empalagarse con tanta bondad. Pero el toreo es el toreo. Le cortó las dos orejas al pastueño tercero, tras una faena redonda rematada con un estoconazo recibiendo. Aunque delanterito, fulminante.

Y se superó con el sexto. Visos de oro viejo en sus verónicas de rodillas, chicuelinas al paso y larga cambiada de pie. Con la muleta, chispeante primero, nuevamente de hinojos, y luego ligado, templado y hasta desmayado por un lado y otro. Cañaveralejo era una rumba caleña con su torero. La cosa iba para un pleno, mas un pinchazo y una estocada total tarda, fueron razón presidencial para negar la fuerte petición de pelo.

Miguel Ángel Perera, bordó una lírica faena con el dócil segundo. Tronco a plomada, plantas firmes, mano baja, lenta y mandona que fue orbitando a ralentí las embestidas. Como un año atrás con "Calentao" de la misma ganadería que le dio el trofeo de la feria. Parecía igual, parecía una reedición, y como entonces, la música y el público a mil. Sólo faltaba lo principal, lo que da sentido a todo, matar bien. Pero cuarteó innecesariamente, pinchó y tiró media espada ¿Por qué?

Ni quiso ni pudo lucir con el manso quinto al que también mató hurtando el bulto con pincho y estocada ¿Por qué?. Regaló el séptimo (feo, de 440 kilitos) como una tabla de salvación pues sus alternantes ya se iban a hombros. Nada con el capote. Pero con la muleta el torito fue a más tragando tandas largas de su toreo enhiesto y quieto. Sin llegar a la estética de su primer turno, recibió el plebiscito que incrementó con una serie de seis manoletinas ligadas. Abriéndose de nuevo (¿Por qué?), hundió un espadazo pasado pero mortal, y la clientela y el palco no quisieron dejarlo ir a pie. Su invitación y abrazo con él viejo y enfermo ganadero en los medios bajo una ovación fueron conmovedores.

Diego Ventura, sobre: Padilla, Demonio, Ordóñez, y Toronjo, lució con el codicioso primero, levantó pueblo y seguramente orejas de no haber pinchado dos veces, y descabellado tres, tras un rejón trasero.

Birlló más frente al cuarto, menos celoso, que le obligó a complementar su maestría con espectacularidad e histrionismo. Cigarrera, Oro, de nuevo Toronjo y sobre todo el tordo Morante, pusieron la plaza patas arriba cada quiebro, cada giro, cada mordisco iban acompañados, no de un ole sino de un rugido colectivo, tempestuoso. El toro y las dos orejas rodaron entre la escandalera con un rejón contrario y trasero.

Una de las tardes más alegres de una plaza necesitada de reconquistar sus concurrencias. Es el tercer festejo del abono, y el séptimo de la temporada, el ganado sigue dando juego. Ya lo demás es cosa de principios, de gustos, y de poses. Que cada quien escoja, pero que venga.

FICHA DEL FESTEJO
Sábado 27, diciembre 2014. Plaza de Cañaveralejo. 3ª de feria. Nubes. Tres cuartos de aforo. Siete toros de Ernesto González Caicedo (Santa Coloma), en tipo; justos de fiereza y muy nobles. El 7º, disparejo lidiado de regalo, noble también. Ovacionados todos menos el quinto (manso).

Diego Ventura, saludo y dos orejas
Luis Bolívar, dos orejas y saludo tras petición de oreja.
Miguel Ángel Perera, saludo, saludo y dos orejas.

Incidencias: Al finalizar la corrida, el ganadero Ernesto González Caicedo saludó en los medios y los tres alternantes salieron a hombros por la Puerta Señor de los Cristales.

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