por: José Ortegón "Joselito"
Algo que parecía imposible sucedió este Lunes 29/12 en la Plaza de Toros de Cali. Desde hacía mas de 10 años no se había agotado el papel; es decir, se vendió la totalidad de la boletería. Una abigarrada multitud de aficionados y taurinos alegres y espectantes, colmaron hasta el tejadillo las graderías de la Plaza. ¡Qué hermoso espectáculo! La Plaza llena hasta las banderas; impresionante y emotivo. Hasta un Directivo de la Plaza que tanto gusta de estar en el callejón, le vimos en el tendido disfrutando de este triunfo de la afición, de la constancia y del trabajo de la empresa, contra todo pronóstico y adversidad. ¡Sí, Señores..! Hay que reconocerlo. Además, si de verdad nos importa la Fiesta Brava ¿Por qué no estar felices con este encuentro de taurinos, sin importar quiénes o quién es el motor de este prometedor y esperanzador resultado?
Se anunciaron 6 Toros 6 de Ernesto Gutiérrez, para un cartel redondo y bien rematado: Luis Bolívar, Iván Fandiño y el Rejoneador navarro, Pablo Hermoso de Mendoza.
Sin ser un dechado de virtudes, los toros justos de trapío y edad, se prestaron para el espectáculo. Hubo de todos: Unos bajos de raza; otros mansurrones y tres aptos para el lucimiento, especialmente el primero de Bolívar, que era un toro extraordinario.
El primero para Luis Bolívar, fue sin duda, el mejor de los seis toros: Fijo en el engaño, acometía con prontitud y claridad cada vez que el torero le citaba; y las veces que le corrió la mano, el toro se rebosaba y hacía el avión. El torero se dio cuenta tarde, de la calidad del toro, y al no matarle bien, se le había ido de las manos la Feria; y porque además, tampoco estuvo a la altura del toro ni con el mismo son de buen torero que le hemos visto otras veces.
Como su segundo toro no se prestó para el lucimiento, regaló un séptimo ejemplar porque como dicen coloquialmente: No hay que dejarlo ir...... Nos alegramos por el torero, que cortó las dos orejas del toro de regalo.
Iván Fandiño,: torero pundonoroso y honrado como ninguno, hizo una buena faena a su primer toro. Lances templados y toreros; y con la muleta, le toreó a placer. El que es muy bueno con la espada, esta vez no tuvo suerte. La presidencia en un acto de intransigencia le negó la oreja que el público pidió clamorosamente.
En su segundo toro volvió a estar bien el torero vasco, muy estimado y respetado en Madrid, hasta por los tendidos más recalcitrantes de la Plaza. Hizo una faena entonada, luchando contra el viento; y como mató bien, esta vez la presidencia le otrogó dos orejas: Una por la primera faena, y otra por la del segundo toro. Total: Una vela a Dios y otra al diablo. Pero todos felices. La presidencia que estaba entonada los primeros días, perdió el "sitio". Debe ser porque torea muy poco. Hay que montar unas cuantas corridas para que se placeen mas... De lo contrario, siempre hay un sitio en la 5 con 80 para los que hacen "chaladuras"...
Pablo Hermoso de Mendoza, Rejoneador, culpable como el que mas de que se hubiera llenado la plaza. Le vimos menos emotivo que otras veces. Digamos que estuvo académico. Hay que reconocer que dos días antes, Diego Ventura, con la mitad de los años de Pablo Hermoso, había puesto el baremo muy en alto, lo que era muy difícil de igualar.
Pablo Hermoso de Mendoza, en su primer toro que tuvo movilidad pero poca fuerza, hizo lo que sabe hacer; pero... hubo algo que le faltó a este centauro legendario del arte de Marialba: Nervio y afición. En el segundo toro, un manso distraido, con peso y muy atacado, estuvo correcto. Le dieron dos orejas. Bueno, había que hacerlo salir a hombros.
Como hace dos días: La terna a hombros y por la puerta grande. Todos felices, pero mas lo debe estar la empresa, que logró lo impensable: llenar la plaza. ¡Enhorabuena!
Att. Joselito.
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