por: César Omaña
Director de venezuelataurina.com
En estos dìas de Navidad la vida le ha puesto un nuevo reto a un admirado y gran amigo: Juan Enrique Carrero Flores; en San Cristòbal, Juan Enrique es uno de esos valores que dan brillo por donde se le mire. Como taurino, ha sido un narrador que ha hecho aficiòn con su manera didàctica de llevar al radioescucha lo que acontece en la plaza de Pueblo Nuevo; no es de aquellos afanado por el pase de callejòn, se enorgullece de ver desde el palco de medios que se encuentra al lado de la comisiòn taurina; su labor la ha hecho por muchos años en Radio Mundial 860 donde se le tiene un respeto y admiraciòn envidiable.
Su labor como cronista taurino tambièn la llevò en las pàginas de Diario La Naciòn, cuando actuaba tarde a tarde en la Feria de San Sabastiàn, escribiendo la crònica de feria hasta que le pasò el testigo a Don Alì Mèndez, al dejar la presidencia de la comisiòn taurina de San Cristòbal.
Don Juan Enrique Carrero es de los fundadores del periodismo deportivo de San Cristòbal, un hàbil narrador y comentarista que transmitiò con altura en diferentes emisoras y conocedor de todas las disciplinas. Otra de sus brillantes facetas es la de profesor universitario; a él acudì a pedirle orientaciòn cuando comencè como profesor de Publicidad y Ventas en la carrera de Administraciòn en la Universidad Catòlica del Tàchira; ya èl habìa pasado por allì y hasta dejò un libro dedicado a las ventas que es una herramienta valiosa en cualquier empresa. Con los años tuve el honor de ayudarle en la preparaciòn de otro texto que en la misma àrea, buscaba orientar a quienes se desempeñan en empresas de servicio.
Y si de la parte familiar se trata, este hombre ha criado con èxito una cantidad de muchachos que han llegado a ser profesionales universitarios y comerciantes exitosos que le aman y le respetan con admiraciòn. Dejo de ùltimo a Lupita, quien es parte infaltable de èl - o èl de ella- son una pareja que proyectan su relaciòn de respeto y acompañamiento en todo lo que hacen.
Hoy, me entero que este hombre que admiro tanto se encuentra enfrentando una nueva etapa de la vida; la causa: una sùbita y extraña situaciòn de salud, que le ha llevado a perder su pierna izquierda; me he llenado de tristeza al saberlo, pues sè que se trata de un hombre activo; sin embargo, al llamarle para saber de èl y reiterarle mi apoyo solidario y admiraciòn, me vuelve a dar lecciones de entereza, al sentr del otro lado a un guerrero de la vida que no se amilana y se encuentra sicològicamente fuerte afrontando lo que Dios le ha dispuesto.
Como se le dice hoy dìa a los toreros que se apartan de la cara del toro por alguna cornada u otra circunstancia de la vida, no me queda sino decir: ¡Fuerza Juan Enrique...!
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