14/11/10

para la historia: Despedida de Bernardo Valencia

Nunca se aburrió, ni dejó aburrir, manteniendo la ebullición en los tendidos completamente entregados por ver al experimentado diestro sin desentonar en ningún momento. Foto: Gladys Castillo

Informa: José Luis Jiménez
Fotos: Gladys Castillo

La fuerte lluvia que cayó durante la tarde de éste sábado 12/11, convirtió en corrida nocturna la emotiva despedida de los ruedos del aguerrido torero venezolano Bernardo Valencia.

Esta circunstancia no fue obstáculo para observar la mejor asistencia de aficionados en lo que va de feria, movidos a compartir y reconocer su amplia trayectoria de 34 años de alternativa, cosechando los halagos del éxito.

Lo mejor ha sido la entrega de los actuantes ante una corrida de aceptable presentación y colaboradores de los hierros de Rancho Grande y El Prado que permitieron una cosecha de siete orejas (3 para Bernardo, 3 para El Cid y una, Julio Aparicio).

Prologó la exitosa jornada el joven rejoneador Francisco Javier Rodríguez ante un distraído novillo de Vista Hermosa, poco colaborador para el lucimiento. No obstante, pudimos observar los adelantos del rejoneador Rodríguez en tan riesgosa profesión, haciendo lo imposible por agradar y, vaya que lo logró! Una vuelta al redondel premió su limpia actuación.

En lidia ordinaria y luego de recibir un merecido reconocimiento por parte de los miembros de la Unión de Picadores y Banderilleros de Venezuela que preside Rafael Ortas, comenzó la actuación de Bernardo Valencia con una copia al carbón de las naturales aptitudes para el toreo que le ha acompañado desde muy joven para configurarse un nombre respetable en el público venezolano. Ayer, "El torero de la emoción" fue un espejo donde deben mirarse los jóvenes aspirantes del presente. Me refiero a la forma como se quitó de encima medio cupón de años para convertirse en un torero, más con hambre de triunfo, que cumplir con un acto de despedida.

A los dos antagonistas de su lote, los recibió de rodillas con largas cambiadas; cubrió el tercio de banderillas, con mucho riesgo y exposición. Centró la práctica totalidad de su labor con la muleta sin aspavientos por ambos pitones y nunca se aburrió, ni dejó aburrir, manteniendo la ebullición en los tendidos completamente entregados por ver al experimentado diestro sin desentonar en ningún momento.

El emotivo brindis a toda su familia y el corte de coleta compartido por colegas de profesión, equipo de subalternos y mozos de caballo, al compás del Alma Llanera, ha sido la suma de sensibilidades en una despedida que ha quedado sembrada para la historia en el redondel de la Monumental de Valencia. Al final de la corrida: Puerta grande para Bernardo Valencia. Su vanguardia seguirá merodeando la plaza.


Por su parte, el español Julio Aparicio puso a sonar la música al instrumentar muletazos con suavidad. Su actuación fue de menos a más y cortó una oreja al primero de su lote luego de estocada tendida de efectos rápidos. Con el quinto de la jornada, se estiró en relajados muletazos ante el poco gas que tuvo el toro y su labor fue de enorme voluntad. Ovación.

El Cid, quién se presentaba por segunda vez en esta feria, ha realizado dos faenas de sensación, toreando con profundidad y temple.

En ambos del lote que le correspondió, encontró el camino del éxito. Un recital con el capote lanceando cadenciosamente en verónicas de pintura. Hondos y sentidos los muletazos ejecutados con ambas manos, con esa enjundia, sabor, temple y majestad de que es poseedor el sevillano. Su labor estuvo por encima de las condiciones de sus oponentes convirtiendo la plaza en un hervidero al compás de “torero… torero”.

Cortó una oreja al tercero y las dos del sexto de lidia ordinaria, para la acompañar a Bernardo Valencia en su salida a hombros.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Artículos anteriores