11/11/10

En defensa de los toros contra los hipócritas, tarifados y los cobardes

por: El Vito

El movimiento organizado en contra de la fiesta de los toros existe gracias a un motor económico que lo mueve y promueve, alimentado por meros intereses crematísticos. Grupos tarifados, pequeños, organizados y obedientes a un salario de migajas y de limosnas, como ha sido comprobado una y mil veces.
Pequeñas minorías integradas por seres de extraño aspecto, se ha demostrado hasta la saciedad que son manejados por organizaciones que tienen intereses muy distintos a los que expresan con su odio y con su violencia en las manifestaciones.

Manifestaciones como las de El Hatillo, donde siempre son minorías. Una minoría de dos mil correos electrónicos, preocupa a una mayoría que ha pagado su boleto para asistir a un espectáculo que tiene jerarquía de patrimonio cultural de la humanidad.

Son Hipócritas, porque se dicen defensores de un animalismo que reclama derechos sin reconocer deberes. Hipócritas porque se hacen la vista gorda ante la crueldad que sufren las especies en el mundo, los horrores que padece la marisquería gastronómica, por ejemplo, la que en el mundo mata en la cocción miles de millones de individuos a diario, sumergidos en aguas hirviendo sólo por el placer gastronómico; o lo que padecen los peces por aquellos pescadores deportivos, que para cobrar sus piezas les destrozan a pavones y truchas sus fauces con terribles anzuelos, para devolverlos a los pozos, ríos o lagunas a que mueran de inanición porque quedan imposibilitados para ingerir nada que les pueda servir de alimentos.

Son cobardes porque reconociendo que les son violados sus derechos humanos a diario, por un régimen que les asusta, no se atreven protestar públicamente, lo que hacen a escondidas y por los rincones, y no dan la cara ante los grupos del régimen que les arrincona.

Si tuvieran ese valor para defender lo que les pertenece como ciudadanos, habrían cambiado muchas cosas en la nación oprimida.

Son hipócritas, tarifados y cobardes aquellas minorías que protestaron en Barcelona, España, contra la multitud que plenó la Monumental Plaza de Toros cuando José Tomás, en solitario, se jugó la vida en gloriosa, artística y hermosa tarde ante una reunión de premios nobel, artistas reconocidos por los pueblos de España, científicos, hombres y mujeres de la cultura, políticos de todas las tendencias que convocaron Jhoan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, con su presencia y defensa de sus derechos y libertades cuando exigen prohibir prohibir.

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