11/11/10

¿La Tauromaquia en salsa?


por: Humberto J. Saras G. - tomado de Diario Panorama 11/11/2010

Las corridas de toros constituyen un espectáculo que por diversas circunstancias, especialmente por su carácter tradicional, tienen un profundo arraigo en Venezuela, por lo que se considera exageradamente utópico tratar de suprimirlas en la celebración de nuestras monumentales y alegres ferias nacionales.

Pocos entienden la actitud y filosofía de los que se oponen a las mismas, porque mientras manifiestan su inconformidad por lo que consideran la más degradante crueldad contra los toros de lidia por el insólito procedimiento de linchamiento, glorifican espectáculos bárbaros como el boxeo. Los detractores de la fiesta brava predican que las corridas de toros son una tortura y un síntoma de escaso desarrollo intelectual, comparables, incluso, con los actos de violencia contra las mujeres.

Sin embargo, muchos taurófobos cuando asisten a los programas de boxeo, su emoción es excesivamente delirante cuando un contendor, demostrando una gran superioridad sobre el cuadrilátero, golpea sin compasión a su contrincante hasta derribarlo y causarle graves daños físicos y mentales, en muchos casos, mortales. Para ellos, a juicio de un importante sector de la población, la vida de seres irracionales tiene primacía sobre la vida humana.

Nosotros, en esta materia tan controvertida, asumimos si se quiere una postura ecléctica. Creemos que las corridas de toros, a pesar de los argumentos de quienes las rechazan, no deberían eliminarse de un todo. Es posible permitirlas, sujetas a normas diferentes a las actuales. En este sentido, nos inclinamos a proponer que solo puedan ser presenciadas por personas mayores de edad, y únicamente difundidas por televisión en horario adulto.

Es oportuno señalar que desde el punto de vista de los derechos de los animales no humanos, diferentes organizaciones consideran que las corridas de toros y otras manifestaciones similares constituyen una práctica de maldad innecesaria. El activismo antitaurino, que ha abogado tradicionalmente por posiciones favorables a la restricción de la tauromaquia o bien a su prohibición total, sostiene que clavar adornos al toro en su lomo y su posterior muerte por medio de una estocada son hechos cruentos y salvajes, nunca equiparados a una auténtica manifestación cultural, artística o deportiva.

Ahora bien, independientemente de los criterios esgrimidos por los taurófilos y de nuestra forma de pensar sobre la fiesta brava, no es descartable que de un momento a otro se dicten instrumentos normativos que la prohíban. Recordemos que cada año surgen nuevas organizaciones que defienden los derechos de los animales a una vida libre de violencia y que solo en trece (13) países del mundo, están legalmente permitidas las corridas de toros.

Sin embargo, debemos destacar que con la hipotética eliminación de la lidia de toros numerosas personas quedarían en desamparo laboral. Nos referimos, desde luego, a trabajadores de la economía taurina, entre otros, matadores, novilleros, banderilleros, ganaderos, empresarios, veterinarios, propietarios de cosos y concesionarios. También el turismo, sin la menor duda, sería otro de los sectores que se afectaría si se suspendieran definitivamente los espectáculos taurinos.

Profesor. PROFESARG@HOTMAIL.COM.

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