1ra Valencia: Escribano y Girón: dos trofeos en apertura valenciana

Por: José Luis Jiménez
Foto. Gladys Castillo

Poco público en los tendidos de la Monumental de Valencia para presenciar el inicio de la Feria en homenaje a la Virgen del Perpetuo Socorro 2010.

El cartel conformado por los tres jóvenes toreros: Manolo Escribano, César Girón y Leonardo García, enfrentó un encierro de Juan Campolargo; toros de excelente fachada, pero con combustible suficiente hasta los montados; desde allí la mansedumbre se hizo manifiesta.

Escribano y Girón hicieron juntos de indiscutibles triunfadores con una oreja para cada uno. Por su parte, el cagüeño Leonardo García, si bien enfrentó a un lote que llegó rajado al tercio postrero, tampoco evidenció algún avance en su prolongada fase de preparación que realiza en cada temporada.

Al inicio hubo la actuación del joven rejoneador merideño Rafa Rodríguez, quien lució mucho en la colocación de rejones y banderillas, pero finalizando con fuerte golpe en la rodilla derecha y un gran susto cuando parecía que el astado provocaría peligroso tumbo. El joven centauro hubo de ser atendido en la enfermería, afortunadamente de una lesión sin graves consecuencias, mientras que el sobresaliente: Oswaldo León escuchó los tres avisos, al no poder despacharlo por el mal manejo de la espada.

En lidia ordinaria, abrió plaza el español Manolo Escribano, destacando en saludo capotero y exponiendo el tipo cuando adornó el morrillo de ambos antagonistas que tocó en suerte. Su labor con la muleta fue –al igual que la de Girón- de enfermero, sobando las embestidas y aguantando una barbaridad.

Cortó la oreja del primero del lote y se justificó con el cuarto de la jornada al que liquidó de pinchazo y estocada, para escuchar ovación.

César Girón actuó en tercero y quinto lugar, por un parpadeo cometido en los toriles al salir equivocadamente el toro de Leonardo García en segundo lugar. Su labor de principio a fin, tuvo la virtud del trípode de valor, arte y vergüenza torera. Cortó una oreja al primero de su lote luego de realizar faena de entrega y pegarse escalofriante arrimón.

Con el quinto toro, descarado de pitones, la voluntad fue su aliada en labor de probaturas ante la mansedumbre evidenciada, quedando con el listón en alto por su correcta actuación.

A Leonardo García sòlo pudimos verle con exquisito manejo de la capa al primero que enfrentó. Lo demás fue intentonas y aburrir al público en toda la jornada, por lo tanto, dejó ir una bonita oportunidad.