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por: Jorge cepeda
Se realizó la primera corrida de la internacional Feria de San Sebastián en San Cristóbal donde se lidió un encierro de la ganadería tachirense de Rancho Grande y un toro español de San Mateo para el rejoneador Francisco Javier Rodríguez que poco se prestó para el lucimiento; acusó el cansancio del viaje desde España recientemente y se fue a tablas.
Los de Rancho Grande resultaron parejos de presentación pero que no dieron el juego suficiente para los toreros de a pie.
Actuaron el rejoneador venezolano Francisco Javier (Palmas), Juan Bautista Jalabert (palmas en ambos), Javier Castaño (palmas y oreja) y Gregorio Torres “Maravilla” (Palmas y silencio). Hubo algo más de media entrada y mucha alegría en los tendidos.
Francisco Javier
El joven rejoneador venezolano estuvo muy bien en su presentación pese a las dificultades del ejemplar y de acusar una merma de condiciones físicas por su lesión en la pierna donde al final salió con una muleta al irse de la plaza. Dejó buenos rejones de castigo y lució bien con sus jacas, destacando banderillas en lo alto, a una mano y a dos, luciendo en las cortas. Con el rejón no fue certero y perdió un trofeo.
El francés Juan Bautista Jalabert
Lidió un toro de Rancho Grande que fue noble y que permitió al espada estar muy centrado y con muletazos largos y templados con la mano derecha donde ligó varias tandas, fue una pena que su espada fue caída por lo que le negaron un trofeo pese a la petición del público.
Con el segundo el toro le llegó con poca fuerza y haciendo derrotes que poco le dejó lucir por lo que su faena fue corta.
Javier Castaño
El torero español estuvo muy bien con su primero un toro de La Consolación que le dejó ligar templados derechazos largos y de mucho mando; con la izquierda también lució y demostró la clase que lleva por dentro. Su faena fue larga por lo que oyó un aviso y luego por la estocada y la faena le dieron un merecido trofeo.
Con su segundo este tuvo poca fuerza y fue mal picado por lo que llegó al último tercio parado y desparramando la vista, tal vez con los dos doblones que le dio le acabó de mermar las condiciones del astado por lo que su faena fue corta.
Maravilla
El torero venezolano en su primero estuvo muy entregado y valiente al recibirlo de hinojos y templadas verónicas, con banderillas dejó tres buenos pares en todo lo alto lo que el público se le entregó. Con la muleta el buen astado de Rancho Grande le pudo ligar varias tandas por la derecha a las que remató bien; fue una pena que no estuvo certero con la espada por lo que perdió un trofeo.
En su segundo fue un toro que le llego muy crudo al último tercio y poco lo dejó centrar y ligar, lo que lo limitó una enormidad; con estocada caída lo despacho para que su labor se silenciara.
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