por: Kike Rosales
Desde que tengo uso de razón la Feria de San Sebastián es el suceso más importante que tenemos como ciudad. Tiene un génesis muy destacable: Las corridas de toros. Cuando se decidió internacionalizarla, para darle un toque de grandeza, se trajo a Manuel Benítez “El Cordobés”, quien en los años 60 estaba casi a la par de los Beatles; era más que un torero, se convirtió en leyenda viviente: el analfabeta que en base a arrimarse a los toros, sacaba su vida de la miseria económica. Con él en una plaza portátil y en el sector popular de la plaza Venezuela, fue que nos alargamos los pantalones; así dejamos de ser villa para convertirnos en ciudad. Llegar a los 50 años de ese hecho amerita una celebración especial. Lo taurino, para los tachirenses, debe estar a la altura del acontecimiento.
El panorama actual para la celebración de los 50 años es sombrío en cuanto a las corridas. El prólogo se basa en una novillada que se debió realizar hace tiempo y fue pospuesta para finales de este mes de Junio; por parte de quien la organiza, empresa taurina Fabio Grisolía, no se muestra interés. La promoción sigue siendo pésima y la apatía por la misma, es notable cada día que pasa.
Lo otro es en cuanto a la celebración de los 50 años de la Fferia Internacional en enero: dentro de lo taurino no se ve al menos el intento de hacer corridas a la altura de una fecha tan importante. La empresa poco aparece, y saber cuáles son las ideas para ello, ni se asoman. Estamos ante una fecha relevante como para que el paisanaje sepa, taurinamente, qué es lo que vamos a celebrar.
Lo que se siente por parte de la empresa concesionaria es un desorden que está cercano a la incapacidad, y eso sí sería un pecado mortal para una fecha tan solemne.
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