Solitaria oreja de El Pino en la Corrida de Feria realizada en la plaza portàtil La Venezolana. Foto archivo: blog toroscontrabarrera
Por: Víctor Ramírez “Vitico”
El esfuerzo de la empresa de los hermanos Molina por rescatar los espectáculos taurinos en Colón, dio resultado, pues el público respondió llenando tres cuartas partes del aforo de la plaza portátil “La Venezolana”.
Marcos Peña “El Pino” cortó la única oreja de la corrida de feria, en la que se lidió un complicado encierro de Rancho Bravo, con el cual sudaron tinta maestros y cuadrillas, para conseguir pocos momentos de lucimiento.
El Pino con el toro menos complicado del festejo, cuajó una labor seria, demostrando su buen concepto en varias tandas de muletazos templados y con buen gusto. A pesar de que su antagonista fue soso y sin clase, aunque noble, el diestro le toreó con clase, con un oficio cada vez más consolidado, destacando varios naturales de mano baja. Una estocada caída con derrame no fue óbice para pasear un trofeo.
Animoso y entregado, César Vanegas pudo lucirse gracias a su mucho oficio, pues el toro no dio el más mínimo resquicio al lucimiento. Ya con el capote, el astado se quedó muy corto y se metió con peligro; en banderillas todo el mérito fue del torero, que le dio todas las ventajas en pares al quiebro y al violín. Con la muleta, Vanegas se mostró sereno y enterado, sin atacarle; fue capaz de conseguir varios muletazos largos y con temple. Sin cruzarse, siempre al hilo y cuidando las alturas, el de Seboruco ligó meritoria faena, que emborronó, al ejecutar la suerte recibiendo, con pinchazo hondo y media caída con derrame.
El toro más deslucido de la corrida le tocó a un valeroso Rafael Orellana, que lo intentó por todas las vías; pero ninguna le condujo al éxito. El astado: áspero, descastado y con peligro, se le venció por ambos pitones; cortó siempre el viaje. Aun así, el de Tovar se la jugó sin cuento, demostrando que su valor es a prueba de bombas. Sin embargo no logró dar un solo pase en condiciones.
Se presentaba en Venezuela como matador de toros Antonio José Ramos, que ya de salida, recibió con dos largas cambiadas de rodillas al cuarto. Tras banderillear con voluntad y riesgo (destacó en un buen par de poder a poder) Ramos se empleó con ilusión y valor. Aprovechando la inercia de las primeras arrancadas del astado, consiguió dos ligadas series de muletazos por el lado derecho: largos y templados. Luego el toro empezó a pararse, calamocheando y quedándose corto.
Con mucho valor, Ramos consiguió mantener al público con él, pero el lamentable falló con los aceros, con estocadas atravesadas y múltiples descabellos, hicieron que una posible oreja se cambiara por dos avisos.
Ficha de la Corrida
Plaza de toros portátil “La Venezolana”.
Feria de Colón (Estado Táchira)
Domingo 23 de junio de 2013.
Corrida de feria. Tres cuartos de entrada en tarde nublada y fresca.
Cuatro toros de Rancho Bravo, serios y hondos. Complicados y ásperos; tuvieron una movilidad llena de dificultades. Se dejó algo el primero. El más deslucido, el tercero.
Pesos: 420, 410, 390 y 405 kilos.
Marcos Peña “El Pino”, de rosa palo y plata: Oreja.
César Vanegas, de verde oliva y azabache: Silencio.
Rafael Orellana, de azul rey y oro: Silencio.
Antonio José Ramos, de blanco y plata con remates azules: Silencio tras dos avisos.
Antonio José Ramos se presentó como matador de toros en Venezuela con el astado “Mascota”, castaño chorreado en verdugo. 405 Kgs..
Marcos Peña “El Pino” ganó el trofeo como triunfador de la feria de Colón.
Matadores de toros lidiando los propios novillos
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