Gustavo no corta rabo

(Colombia) Hay algo grave, en lo que deberíamos unirnos antitaurinos, taurinos y legisladores: Tenemos un alcalde mayor que desconoce las leyes, porque tocan sus gustos.

Por: LUIS NOÉ OCHOA - 02 de Noviembre del 2012 – ELTIEMPO.COM

El estilo es el hombre, como dijo Buffon. ¿Cuál es el estilo del alcalde Petro? Pues el hombre es terco y soberbio. En esto, muy parecido al expresidente Uribe. E incierto, ¿cierto?

Ahora con una pinta medio vasca, con boina, como de viejo maletilla del toreo, anda empecinado en quitarles a los taurinos el derecho sagrado y consagrado de disfrutar el arte de Cúchares en la plaza de toros de Santamaría. Joder, tío.

El toreo es un espectáculo, un arte autorizado por la Ley 916, y que avaló la Corte Constitucional como de tradición histórica y cultural. Por si fuera poco, dicha corporación remató el martes, como con una soberbia media verónica, al dejar en claro, por mayoría de seis a tres, que los alcaldes no pueden exigir más requisitos que los normales de salubridad y seguridad; y, sin alegar razones filosóficas -o demagógicas-, deben alquilar las plazas de toros donde haya tradición. Y Bogotá tiene una añeja, de 81 años. La historia taurina es parte de la historia de Bogotá. Pero el Alcalde se quiere saltar la ley a la torera.

No voté por Petro, pues me le entregué a Gina Parody en voto y alma. Y sigo entregado, aunque ella a veces se hace la de las gafas. Mi esperanza y mi convicción en una mejor Bogotá estaban con Gina, pero los bogotanos se equivocaron. Sin embargo, tampoco imaginaba -como les ocurre a muchos arrepentidos- que Petro despertaría tantas incertidumbres. Jamás pensé que gobernara desde un carro chocón, sin rumbo ni dirección.

Lástima por esta ciudad, por la izquierda en Colombia, que tenía en él una esperanza. Porque el mensaje de un exguerrillero exitoso en la política siempre será un buen referente. Joder.

Para no ser injustos, vistámoslo de nazareno y oro, un bonito traje de luces, y veamos sus faenas: corta una orejita en la gratuidad del agua para estratos bajos y en los subsidios de transporte. Y escucha palmas porque ha echado a andar -a medias, eso sí- el Sistema Integrado de Transporte Público, y por dar al servicio las troncales de la 26 y la carrera 10a. Oye aplausos el coletudo porque ha subido los niveles de satisfacción en educación. Y corta otra oreja al toro 'Pico y Placa'.

Pero Gustavo no corta rabo. El toro de las basuras lo tiene contra las tablas. Equivoca la faena al querer echar a la caneca a las empresas privadas y regresar a la vieja Edis, donde las finanzas de la ciudad pueden salir para la enfermería. Solo la peña de 'Los Politiqueros' grita olés. Se le está yendo vivo el toro de la carrera 7a., donde torea sin plan, a trapazos. Joder.

Otra gran silbatina por la propuesta de acabar con los barrios residenciales, con su desordenamiento territorial. Con ese absurdo podrán funcionar abajo un jardín infantil y arriba, un motel. O un prostíbulo junto a la iglesia. Joder.

Sin embargo, quién lo creyera, el petardo de 'Petrardo El Cordobés' lo pega en su terco empeño por darles la estocada a los toros. Y aquí hay algo grave y preocupante, en lo que deberíamos unirnos los antitaurinos, los taurinos y los legisladores: tenemos un alcalde mayor que desconoce las leyes, porque tocan sus gustos. Qué tal que mañana diga que no presta el parque Simón Bolívar porque a él no le gusta el rock; que no haya partidas de ajedrez en Bogotá, porque es mal visto que un peón se coma a la reina. O que prohíba las mascotas porque es una crueldad con los perros y los gatos. Para allá vamos. No son los toros, es el peligroso principio de desconocer los derechos y las leyes. O sea, la democracia.

No se pide que se den corridas con el "petrocinio" de la Alcaldía. Simplemente, que respete los derechos de las minorías consagrados en la ley. Además, la plaza no es del Alcalde. Es de todos, hecha por taurinos para toros. Así que él está obligado a facilitar las corridas. Joder.

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