El torero de a caballo merideño recibió una Placa como Mejor Rejoneador en la Feria de Tovar por parte de Acotave; hizo la entrega la conocida reportera gráfica Gladys Castillo. Foto: Juan Fajardo
por: José Luis Jiménez
Un espectáculo inolvidable por artístico y triunfal ha sido el resultado de la corrida de toros celebrada en la Maestranza de Maracay.
La juventud de la terna, integrada por: Otto Rodríguez, José Cariel y César Girón, junto al rejoneador José Luis Rodríguez; demostraron que esta plaza no solo es atractivo para feriantes, sino –para nuestra suerte- es escenario para el amor a una vocación como es el toreo, que no escapa a enfrentarse a la crisis económica. No obstante, pudimos apreciar una buena concurrencia de aficionados, a pesar del mal fario de la primera suspensión.
CORRIDA PARCHADA
Por necesidad, hubo de apelar a dos toros colombianos de Paispamba y Ernesto Gutiérrez para reforzar el encierro de la ganadería merideña Campo Pequeño. La tarde parecía perder fuerza desde el inicio por el pésimo juego de los dos primeros toros que sacaron la mala leche y por la reiterada costumbre de la Comisión Taurina de entregar reconocimientos apenas romperse el protocolo del paseíllo, sin tomar en cuenta que este tipo de actos debería hacerse antes de la hora del festejo.
OTTO RODRIGUEZ EN ASCENSO
No pudo hacer nada el valenciano ante el primer complicado astado que se agarró del piso y cualquier atisbo de triunfo era más que imposible. Optó por la brevedad y las probaturas necesitando de dos pinchazos y certera estocada que tumbó a este regalito colombiano.
En el segundo de su lote las cosas mejoraron, administrando sabiamente las fuerzas del astado, midiendo muy bien los tiempos de la faena y dosificando las series de derechazos y naturales. En estas facilidades coronó con certero espadazo para acreditarse dos orejas en medio de la algarabía de los aficionados que han sabido reconocer ese gran esfuerzo que ha venido realizando Otto Rodríguez desde su matriz mexicana.
CARIEL NO SE FUE DE VACÍO
Pese a las malas condiciones del primero de su lote, se vio que anda despierto para esquivar las dificultades. Le pudo robar uno que otro pase en terrenos dispares para terminar de pinchazo y estocada, con el reconocimiento de sus seguidores que le tributó palmas de admiración y respeto.
Remontó la cuesta ante el sexto de la maratónica jornada, donde también debo destacar el único tercio de quites que se realizó. Comenzó Girón por artísticas chicuelinas y ripostó Cariel con gaoneras de exposición sin límites. Aquí explotó la ovación del soberano por la entrega de ambos.
Con la muleta argumentó su faena por la derecha, resultando enganchado al remate de los primeros pases por el continuo calamocheo del toro de Campo Pequeño; sin embargo, poco a poco logró someterle para hacer sonar la música. Anduvo decidido y esforzado en ambos pitones para, finalmente, recibir una oreja con fuerte petición de la otra. Lo dijeron los taurinos: “buenos detalles, tiene cartel Cariel.”
CESAR GIRON IMBATIBLE
La plaza de Maracay está bajo el dominio de Girón. Son cinco puertas grandes las que acumula el nieto del Gran César, quien sabe que no bastan apellidos y pupilajes: hay que apretarse los machos. Tiene cualidades y conecta con el público con la intencionalidad de mantener la muleta templada y planchada. Por todo esto, no entendemos su casi nula andadura por ruedos de la Madre Patria. ¿Será que entiende más al toro americano que al encastado español? Allí queda esa interrogante, pero lo cierto es que no pasa de puntitas por el coso calicantino y se siente el aroma del nuevo ídolo para esta plaza.
Compuso dos faenas llenas de temple y poderío, iniciando siempre con doblones de pintura.
Su primer antagonista resultó un toro rajado en las postrimerías, pero ello no fue óbice para resolver con posibilidades y condiciones. No dejó dudas en ningún momento, contando con el correcto desempeño en la suerte suprema, la que realiza a la perfección, generando muy buenos dividendos a la hora de cobrar trofeos: Dos orejas en su primero, que antecedió a armar el lío (en el estilo coloquial taurino) cuando lidiaba al séptimo de la corrida, ante los requerimientos del soberano para el indulto, situación que no tuvo eco en el palco presidencial y Girón tuvo que liquidar de estocada para una cicatera oreja.
Otra buena actuación de César Girón, quien no deja brecha para dejarse quitar los triunfos en la plaza que lleva su apellido y el nombre del César de la tauromaquia.
EL REJONEADOR JOSE LUIS RODRIGUEZ
Manifestando mucho empeño en su quehacer colocó rejones y farpas con acierto ante dos toros que no se prestaron al lucimiento. Mató prontamente al cuarto de la tarde, mientras que ante el lidiado en octavo lugar pasó fatigas con la hoja de peral, para escuchar las ovaciones de agradecimiento del público por el esfuerzo del joven centauro merideño por agradar.
OTROS DETALLES
* Hubo entrega de reconocimientos para el doctor Arturo Reyes, miembro del cuerpo médico de la plaza; al señor Oscar Briceño, quien se desempeñó por más de 30 años tocando el clarín y a su hijo Oscar como timbalero. Igualmente para el señor Carlos Sánchez quien lleva más de 25 años como alguacilillo de la plaza.
* Al final del festejo los aficionados esgrimieron comentarios cruzados en cuanto a si era factible el indulto o no al séptimo de la corrida; mientras que otros reclamaban la mala conducción del espectáculo por parte del palco presidencial al no exigir al rejoneador haber echado pie a tierra luego de los reiterados fallos con el estoque.
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