9/10/25

Francisco Javier Rodríguez triunfa en Asillo, Perú

El caballero rejoneador venezolano a hombros en Asillo 


Por: Carlos Alexis Rivera CNP 10746

La segunda tarde de feria en Asillo, Perú, presenció un vibrante espectáculo taurino marcado por la seriedad del encierro de Apu Saywa y La Querencia y el rotundo triunfo de un jinete. El caballero rejoneador venezolano Francisco Javier Rodríguez se erigió en el indiscutible punto de inflexión de la jornada, dictando una verdadera lección de tauromaquia a caballo y paseando con justicia un balance de tres orejas en su esportón.

El jinete venezolano deslumbró desde su primer toro, un ejemplar de Apu Saywa, al que le supo medir y dar las ventajas justas. Su faena fue un prodigio de inteligencia y fondo lidiador. Francisco Javier tiró la moneda al aire con una determinación y pureza encomiables, logrando ligazón y momentos de altísima emoción. El clímax llegó con la ejecución de un par a dos manos sin cabezada, calificado unánimemente como cumbre. Tras una labor que fue de menos a más en intensidad, remató de forma extraordinaria con un rejonazo fulminante, que le valió la primera oreja de mucho peso.

Ante el cuarto, de La Querencia, que resultó más regular y perdió fuelle, el rejoneador volvió a mostrar su autoridad. Acertó en el ritmo, el espacio y el golpe de espuela preciso, brillando por encima de las condiciones del astado en una faena de gran entidad. La contundencia final le permitió arrancar las dos orejas, asegurando su salida a hombros y consolidando su momento en ruedos peruanos.

En los de a pie, el diestro Luis López confirmó su idilio con el público del sur andino. En su primer ejemplar, cuajó una faena vibrante, personal y de notable ligazón, poniendo la plaza en pie con muletazos lucidos por ambos pitones y citando de lado a lado. Consiguió cortar con mérito las dos orejas. Lamentablemente, el segundo de su lote no le brindó opciones, dejando un "sin sabor" en su segunda comparecencia.

Por su parte, el matador Javier Moreno 'Lagartijo' estuvo siempre por encima de las condiciones de sus dos oponentes, mostrando pasajes de torería y buen concepto. Sin embargo, su esfuerzo y la buena impresión dejada con la muleta se esfumaron ante la contumacia con el estoque. Los reiterados pinchazos le impidieron obtener el ansiado trofeo, marchando finalmente de vacío al fallar en el momento de la verdad. Fotos: Casta y Tradición 




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