18/4/14

La aficiòn taurina se desbordò en Achaguas

Largas colas de ansiosos aficionados. Algunos no pudieron entrar al llenarse el coso. Foto: El Tato

* "El Rubi” cortó las únicas orejas.

por: Jesús Ramírez “El Tato”

Achaguas era un mar de gente desde el martes 15/04 por el tradicional fervor al Nazareno. No cabía un alma en la procesión de devotos que por cierto, fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, por los ministros de Cultura y Turismo que acompañaron el clamor cristiano.

Desde el medio día del Jueves Santo, se presagiaba el lleno en la funcional plaza “El Torero” instalada en el amplio parque ferial. Música criolla de inspiración, arpa, cuatro y maracas en un calor sofocante para colmo, con la ley seca que impedía refrescar las gargantas.

Se inició el paseíllo con un espectáculo pocas veces visto afuera: la gente abriéndose paso a codazos para poder entrar a la plaza El torero. Lleno a reventar y más de 500 personas sin poder tener acceso al festejo que tuvo gran promoción de la empresa Agrocasta. Comprobado quedó el tirón taquillero de dos veteranos espadas criollos: Erick Cortéz y Manuel Medina “El Rubi” que sumaron a la expectativa de los bien presentados toros de “La Cruz de Hierro”.

En la parte artística el mas destacado fue Manuel Medina “El Rubi” con el mejor toro de la tarde que supo aprovechar de principio a fin; ejecutó una variada faena que supo rematar cabalmente con la espada para recibir las dos orejas; a la postre, fueron las únicas de la tarde, por el escaso juego de los toros, que provenientes de las frías tierras merideñas, no aguantaron los 43 grados de temperatura reinantes en Achaguas, por lo que se echaban en la arena, fatigados y en otros momentos parados totalmente.

Aún así pudo verse el torerismo de Erick Cortéz deseoso de triunfo, en buenas verónicas y aislados pases con la diestra que lamentablemente no tuvieron continuidad por las descritas condiciones del ejemplar de “La Cruz de Hierro”.

Igual situación vivió el andino César Vanegas, quien por su empeño resultó con un puntazo corrido en la región escrotal sin mayores consecuencias. El rejoneador Francisco Javier tampoco tuvo suerte con el oponente de Hermanos Belisario.

A pesar del escaso número de orejas, los aficionados disfrutaron de la presencia del toro bien presentado que impuso el respeto; inclusive causando pánico cuando derribó puertas llegando al callejón de la plaza.

En las cuadrillas destacaron Enrique Herrera y Luis Miguel Broy. La primera ovación de la tarde explotó cuando el alguacilillo rompió el paseíllo ataviado de albo liquilique.

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