Las ferias y fiestas populares son el mejor vivero para devolverle el esplendor al espectáculo taurino
por: Víctor Ramírez “Vitico”
Tras la feria de Maracay, uno de los ciclos más importantes de la temporada, el panorama de la fiesta nacional sólo tenía en el horizonte la tradicional corrida de Achaguas, un festejo que se rescataba del olvido. Este año ha sido realmente difícil para la fiesta en Venezuela, contando con la difícil coyuntura social y política del país, que nos dio el golpe bajo de la suspensión de la Feria del Sol en Mérida.
La empresa Agrocasta abrió nuevos caminos en su gestión empresarial dando toros en uno de los pueblos con mayor tradición taurina del país. Uniendo fuerzas con el matador Manuel Medina “El Rubi” con su plaza portátil “El Torero”; se dieron espectáculos a la altura de lo que demanda la afición, una corrida de toros en la que se lidiaron ejemplares con cuajo y trapío y dos festejos cómicos taurinos.
Es muy importante retomar la organización de festejos en los pueblos, sabiendo que no es nada fácil apostar dinero y tiempo; pero es la única forma de fomentar la Fiesta en unos tiempos ciertamente duros y complicados.
Las ferias y fiestas populares son el mejor vivero para devolverle el esplendor al espectáculo taurino, que llegue a todos los rincones del país, para así sumar un interesante número de festejos que nos permitan al final de la campaña decir con orgullo que estamos en el camino correcto. En nuestras manos está hacerlo, siguiendo el ejemplo de Achaguas, donde el trabajo, la unión y la afición dieron luz y brillo a la temporada nacional.
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