por: Manolo Zapata
No deja uno de sorprenderse ante las barbaridades que algunos cronistas, defendiendo sus propios negocios e intereses, llegan a publicar, tratando de tapar lo que con tanta torpeza y egoísmo es tan evidente, que no aguanta ni el análisis de una persona con deficiencias mentales; hacen acusaciones que vienen de la mano de algunos de los personajes más nefastos que haya tenido el toreo en Venezuela; y que han llevado la Fiesta a convertirse en una especie de cortijo privado en la que sólo algunos amiguetes tienen cabida, alejándola de sus propios orígenes populares.
Y de allí, el poco interés y la venida a menos, que han sufrido la mayoría de las ferias en Venezuela. Recientemente en un periódico del centro venezolano, un triste señor que no encuentra cómo tapar el desastre al que han llevado a la feria valenciana, dijo tener pruebas de la violencia en contra del torero colombiano Sebastián Vargas en el Hotel Dinastía; y del supuesto saboteo a la Feria de Valencia por parte de un grupo de matadores de toros venezolanos, que en realidad estaban dialogando y exponiendo la problemática de los incumplimientos a las disposiciones de la AVMTN y al estado venezolano. Estos acusadores de oficio, que tratan de cargar en los hombros de otros sus propios fracasos y miserias, son los mismos que se han arrastrado en los despachos de los alcaldes como culebras; asechando la oportunidad para colocar a sus secuaces nacionales y extranjeros, tan malos como ellos, sólo que algo más torpes al frente del negocio taurino; viviendo parasitariamente del toro sin aportar a ello más que miseria, deudas y una historia tan perversa como triste. “Señores” que cambian de color político, como cambia de piel el mencionado reptil, y que aún tienen la desfachatez de tergiversar unos hechos que por sí solos ya eran necesarios y evidentes ante tanto atropello.
Estos autonombrados intelectuales, han estado al frente de unas escuelas taurinas por muchos años con la venia de un alcalde, “imaginamos” que por vocación o voluntad propia y sin fines de lucro, salvadores de la Fiesta que a lo largo de todo ese tiempo no sacaron un sólo torero; y que a los que salieron luchando en el extranjero y sin ninguna ayuda, esta misma banda “alcaponiana” se ha encargado de vetarles por no entrar en su miserable juego. ¿Estarán al tanto los alcaldes que apoyan a estas bandas, de todas estas irregularidades? ¿De los contratos a toreros extranjeros de tercera o cuarta, con sumas jamás vistas por estos en sus países? Sumas dudosas en dólares de Cadivi; y que quizás por eso, sea tan inoportuna la contratación de toreros venezolanos, ya que no sirven de trampolín para alcanzar estas sumas en dólares. ¿Estarán al tanto de la falta de visa de trabajo a los toreros extranjeros convirtiendo a Venezuela en el único país taurino en el que se torea sin papeles reglamentarios? (aunque algunos parecen estar de acuerdo en este cachondeo) Y si quieren, pregunten a cualquier torero de este país que haya estado en España, que hasta para matar un toro en una capea, te piden la debida documentación.
Las verdaderas pruebas están en copias de cheques y en testimonios de algunas personas que han estado presente en la forma cómo se han contratado algunos toreros venezolanos por dichas empresas; si quieren, debatimos el asunto.
Reflexión final: En este Zimbabue taurino que nos dejan estos señores, o le damos un cambio total y convertimos los cortijos privados en espacio para todos; o acaban con esto. Al fin y al cabo la Fiesta es para todos o para nadie….Ustedes verán.
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