Entre “Antoñete” y César Faraco se abrazó el sol valenciano

César Dao brinda a los maestros Antonio Chenel y César Faraco en el Festival de La Amistad

* Tarde de brindis para dos columnas de la torería andante...

por: César Dao

*CHENEL Y FARACO, apellidos que resuenan a Torería Cara, a torería de la buena, maciza con esencia y forraje de columnas tauromáquicas; una, la de “Antoñete”, reforjada entre el clasicismo con la reciedumbre hilvanada en la noción fundamental de la Distancia, esa que debe imperativamente mediar entre toro y torero al compás de cargar la suerte peinada con seriedad. La otra, perteneciente a César Faraco, valor y entrega, señorío y bondad ataviada con la extrema responsabilidad de calarse la montera y ceñirse de luces para invitar a la muerte entre las embestidas del toro en tardes de emoción desmedida, entre tanto, la Puerta de la Enfermería con luces a medio encender. Dos hombres a quienes la vida y el destino abrieron y cerraron compases de respeto no exento de las más durísimas pruebas existenciales.

FARACO Y CHENEL...CHENEL Y CÉSAR FARACO

*”El FARAQUITO” de pletóricas tardes en Arenas de Valencia y en el Parque de Atracciones de la Ave. Rojas Quéipo, de blanco y oro, de azul y áureo destello. César de las Ventas de Madrid, de Sevilla y de México...de la Casa Bienvenida, casa torerísima hasta en los almohadones de las mecedoras...”Antoñete”, universal en su magisterio con aromas de menta y canela...los dos, fueron toreros, ellos sí ejercieron la profesión de ¡Torero!...pero jamás trabajadores del Toreo; resumaban, Chenel y Faraco Alarcón, Torería de la Buena... y no chabacanería rastrera, fétida, que es ya mucho decir...

VALENCIA LOS COBIJÓ Y LOS RESPETO CON EL SOL DE SUS TARDES...

*SE le ama tanto a “Antoñete” que aún la gente del “bunker” valenciano se llama por “Chenel”...y, muchísimo a César quien en su vuelo de Cóndor de los Andes, como le bautizara el célebre cronista español “K-Hito”, se engarzan sus valerosas faenas entre la vieja afición. *Hoy, no lloramos, no, porque en aquella tarde de brindis en la Monumental de Valencia, en el Festival de la Amistad que duró (10) años, nos juramos, todavía con la muerte gris y silenciosa devenida en un segundo cualquiera, que seguiríamos viviendo como viven las columnas del Partenón, como se encapricha el pasodoble, como quedan en la retina de la memoria aquellos trincherazos cheneleros y aquellos redondos faraquistas.

*Ya, las llamadas y visitas habituales han cesado..¡pero no la Torería Andante de Chenel y Faraco!¡ Toreros con Torería!

*Valencia, Venezuela, una fina brisa navideña ventéa los recuerdos y el corazón se atenaza en la garganta...

César Dao Colina