Jesús Enrique Colombo logró un importante triunfo en el cierre de la 52 Feria del Sol, con una actuación redonda que le valió una nueva puerta grande, en festejo en el que Rafael Orellana paseó una oreja y Andrés Roca Rey pechó con un lote deslucido, teniendo que regalar ambos espadas un toro cada uno.
Rafael Orellana saludó con aseadas verónicas al primero, un toro que se movió sin clase. El diestro tovareño abrió faena de rodillas dando salida al astado hacia chiqueros en un inicio emocionante. Faena vibrante con varios muletazos largos y de mano baja, aderezados con adornos y desplantes. Voluntad y oficio que tras un pinchazo saliendo rebotado y golpeado al caer con peligro y estocada le valieron la oreja.
El cuarto fue un serio jabonero, fuerte y bien comido que enseñaba las puntas por delante, encastado más no fácil, ya que fue bronco y cuando no se le llevaba podido soltaba la cara, protestando con tornillazos y derrotes. Orellana se fue a portagayola en un trance emocionante ya que en la larga cambiada el toro casi salta por encima del diestro, que luego le dio algunos lances a la verónica cumplidores. En el tercio final, Orellana le plantó cara con valor, sin llegar a acoplarse. Las series de muletazos fueron vibrantes, emotivas pero sin domeñar la dura embestida del astado que protestaba. Cinco pinchazos y estocada.
Al sobrero que regaló, le toreó con voluntad con capote y muleta, poniendo en el empeño su reconocido valor. Algunos pases fueron buenos junto a otros más ligeritos, con un toro que al igual que el anterior pegaba arreones y tornillazos al no ir enganchado por delante. Pudo incluso llegar una oreja que premiaría la innegable entrega del diestro pero el astado tardó en caer.
La expectación por ver a Roca Rey llegaba a límites insospechados a tal punto que al salir a hacer el paseíllo fue ovacionado con calor, sin haber dado siquiera un lance en esta plaza. No pudo tener el peruano peor lote, un primer toro al que lanceó bien a la verónica, abriendo faena por alto quedándose muy quieto e incluso pasándolo por la espalda casi sin sitio. Una primera serie con la derecha, poderosa, enganchando muy por delante la embestida y llevándola con la mano baja acobardó al toro que se fue a tablas rendido. Abrevió Roca al que se le fue la mano abajo con el acero.
El quinto fue peor, cantando ya lo que iba a ser al salir rebotado de los picadores, llegando al tercio final manseando y parado. Roca Rey se puso delante solo para verlo de cerca porque faena como tal no hubo.
Regaló un toro de Los Aránguez, terciadito, que empezó a moverse con cierta alegría lo cual encendió la llama de la esperanza. El diestro lo lanceó bien a pies juntos y le toreó con temple y poder. Le pudo mucho en las dos primeras series y allí el toro empezó a tardear y salir con la cara alta. A pesar de ello, el torero se puso una y otra vez, arrancando muletazos de verdadero mérito, pasándose muy cerca al deslucido toro, que soltaba la cara con descaro. A pesar de que la espada no cayó arriba hubo petición de oreja, que a tenor de lo visto debió concederse.
Aprovechó el tren Jesús Enrique Colombo que al que abría su lote, le toreó bien a la verónica y le hizo un quite por chicuelinas excelente, que le pusieron al dulce público en bandeja, caldeando el ambiente el diestro con un vibrante tercio de banderillas no tan lucido como otras veces. Con templados pases por alto abrió el trasteo, toreando con mucho temple y gusto por el lado derecho en largos muletazos en los que tocó mucho abajo con los vuelos, enganchó con suavidad y llevó con mimo la embestida de “Madrileño al que también dio buenos naturales. Tras unas bernadinas, adornos y desplantes mató de una espectacular estocada en dos tiempos, que le sirvió para cortar una oreja con fuerte petición de la segunda.
Al sexto, lo saludó con larga cambiada de rodillas, y estéticos lances a pies juntos. A “Don Otto” le clavó tres buenos pares de banderillas, con sus habituales facultades físicas y esta vez sí, cuadrando en la cara. Tras abrir con pases de rodillas, toreó con temple, gusto y clase por el lado derecho en varias series de excelentes muletazos, más por el lado izquierdo solo en contadas ocasiones hubo naturales de buen corte, donde o el toro no iba igual o el torero no se acopló. Faena larga, vibrante ante un público que estaba muy metido en el trasteo, llegando un indulto que tomando el rábano por las hojas e hilando fino, no debió concederse. Dos orejas simbólicas que paseó feliz el diestro en medio de una clamorosa ovación.
FICHA DE LA CORRIDA
Plaza de toros Román Eduardo Sandia de Mérida
Lunes 20 de febrero de 2023
Cuarta corrida de la LII Feria del Sol
Tres cuartos de entrada en tarde soleada.
Toros de San Antonio, bien presentados. Con movilidad el primero, mansurrón el segundo, encastado el tercero, bronco, áspero y encastado el cuarto, deslucido y manso el quinto, noble el sexto “Don Otto”, número 29, negro, indultado. Uno de regalo del mismo hierro en octavo lugar, complicado, En séptimo turno un toro de Los Aranguez manso y distraído.
Pesos: 457, 462,449, 456, 502, 513, 455 y 476 kilos.
Rafael Orellana, de azul marino y oro con remates negros: Oreja, silencio tras aviso y palmas tras leve petición y aviso.
Andrés Roca Rey, de azul marino y oro: palmas, pitos y palmas tras petición.
Jesús Enrique Colombo, de grana y oro: Oreja con fuerte petición de la segunda y dos orejas simbólicas.
Destacaron en las cuadrillas en la brega Gerson Guerrero, Mauro David Pereira y Antonio Chacón, en banderillas Ramón Contreras y José Antequera, en varas Segundo Salgado. Tras el tercer toro hubo un reconocimiento al matador de toros Manolo Vanegas, por su labor como promotor del certamen de escuelas taurinas.
Jesús Enrique Colombo y José Luis Rodríguez Jáuregui, en representación de la empresa salieron a hombros.
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