Campolargo lo volvió a hacer, con una corrida variopinta, bien presentada que trajo la emoción del toro bravo a la plaza y con el indulto del sexto de la tarde tras magistral faena.
Nadie puede negar que David Fandila "El Fandi" tiene su público cautivo en Mérida que le ovaciona desde que hace el paseíllo aunque pareciera que una vez basta, porque hoy no acudieron en masa a verle como ayer.
Sus dos labores de hoy fueron estructuradas a base de efectismos con sus pares de banderillas donde prevalece lo atlético, destacando solo con los pares al violín. En el astado inicial de poco recorrido le exprimió los muletazos hasta oír la música rematando con molinetes de hinojos. Un espadazo que caló y no lo vio la autoridad que concedió una oreja. Igual premio obtuvo del otro que recibió con larga de rodillas para banderillear sin aciertos y luego oír la música cuando con empeño supo administrar las fuerzas del astado con muletazos con la derecha para despachar de pinchazo y media tendida y recibir otra benévola oreja.
Alexander Guillén no tuvo su tarde. Impotente, irresoluto en sus dos astados, sin un planteamiento acorde a lo que tenía por delante, dejó pasar los dos toros entre dudas e incertidumbres, despachando de cualquier manera a sus oponentes hasta oír dos avisos del quinto de la tarde con respetuoso silencio del cónclave.
Francisco de Manuel fue la nota torera de la tarde, con dos faenas de oles desde la capa con verónicas bajando las manos y quite por chicuelinas, hasta los templados muletazos de mano baja y sarga desmayada en continuidad inalterable de fino toreo sobre ambas manos y unos naturales de embrujo por lo templados y largos con seguridad, oficio y personalidad, una efectiva estocada puso fin a la artística labor para recibir las dos orejas de unánime solicitud mientras el de Campolargo recibió la vuelta al ruedo a su bravura.
El sexto con 534 kilos y con el respeto de su armadura ofensiva, fue otro motivo para De Manuel explayarse con su buen toreo de abismante suavidad, midiendo y guardando las distancias con la inteligencia iluminada por los Dioses del toreo para repetir tandas con la derecha e izquierda y con los aficionados de pie entregados a su quehacer de dominio y profunda conjunción artística. La decisión del merecido indulto no impidió que el madrileño siguiera deleitando con su toreo de parsimonia hasta que el mismo con su muleta de temple llevó a "caramelo"hasta la puerta de arrastre.
Las orejas fueron a las manos del fino artista madrileño que compartió el triunfo y las ovaciones con la ganadera Carmen Rosa Campolargo hasta salir a hombros acompañado de "El Fandi" que había sumado dos apéndices.
Efectivas cuadrillas con José Linares, Gerson Guerrero y Eduardo Graterol bregando con profesionalismo.
Gregorio Prieto, Luis Quintana Guillermo Guimera y Alirio Ramírez con la vara.
Ramón Contreras, Carlos Pizzuto, Salvador Moreno y Francisco Paredes efectivos con las banderillas con exposición y clavando en el sitio.
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