por: Víctor Ramírez “Vitico”
Los números de la temporada, los cuales por cierto son de lo más paupérrimos, indican que la fiesta de los toros está en horas bajas, muy bajas, por más que deseemos taparnos los ojos, para negar lo evidente.
No se puede negar que la campaña taurina de este año 2014 se vio afectada por sucesos sociales que forzaron la suspensión de la Feria del Sol en Mérida; la Feria de Valencia tampoco se celebró y eso restó muchos enteros a las cifras de esta temporada. Pero por encima de los fríos números, queda la sensación de que se está tocando fondo, un fondo espeso y oscuro del que se debe salir cuanto antes.
Los ataques antitaurinos crecen día a día por una bien elaborada estrategia que hace ver al toro de lidia como un animal casi que sumiso y doméstico, que merece más que respeto, compasión. Una bien orquestada cascada de mentiras y falacias sobre el toro de lidia, y la corrida, han logrado que los enemigos de la fiesta crezcan a pasos agigantados.
Uno de los grandes errores que se ha cometido en todos los países taurinos, es pensar que “eso no pasa de ahí” o que los antitaurinos son “cuatro gatos” que no hacen nada; esa mentalidad ha afectado a la tauromaquia más de la cuenta. Negar la realidad, es lo peor que se puede hacer; es como darle más argumentos a los adversarios del toreo.
De las grandes crisis surgen grandes soluciones, se toman iniciativas importantes, atrevidas e incluso innovadoras. Con lentitud, parece que se cae el velo de los ojos de los taurinos, para tomar acciones concretas. La intención de algunos profesionales del toreo de hacer reuniones para defender la fiesta, el llamado de periodistas y cronistas del sector, la creación de la Red de Tauromaquia-Venezuela, son sólo algunas de las acciones que están surgiendo para intentar resolver los grandes problemas de nuestra fiesta. Ahora si se debe concretar una unión verdadera, que busque alternativas y soluciones concretas, porque señores: La cosa es en serio, o nos unimos o la perdemos.
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