La Duquesa de Alba, gran aficionada taurina, en su palco de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, cuando estuvimos presentes en la Feria del año 2011. (Foto: Archivo Hnos. Dupouy Gómez).
por: Rafael Dupouy Gómez
Desde Venezuela, la familia Dupouy Gómez siente un profundo pesar por el fallecimiento de la Excelentísima Señora Doña Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, Duquesa de Alba, entrañable mujer, quien demostró en todas las etapas de su vida, ser la más fiel y consecuente aficionada taurina. Entregó su vida a Dios, el 20 de noviembre de 2014 a la edad de 88 años en el Palacio de Las Dueñas de Sevilla que tanto quería, rodeada de sus familiares y amigos.
La Duquesa de Alba, en sus años mozos, se enamoró del célebre maestro del toreo sevillano Pepe Luis Vázquez. Como apasionada aficionada de la Fiesta Brava, siempre acudió a verle torear. De su admiración por el diestro, nació su primer amor de juventud. Con el paso de los años se hicieron grandes amigos de toda la vida y se guardaron siempre mucho cariño y respeto. La hija de la Duquesa, Eugenia Martínez de Irujo, contrajo matrimonio en 1998 con el matador de toros Francisco Rivera Ordónez de cuya unión nació su nieta Cayetana.
El maestro del toreo Curro Romero y su señora Doña Carmen Tello, gozaron de su especial afecto, compañía, confidencialidad y amistad sincera.
Durante la Semana Santa y la Feria de Abril de Sevilla era indispensable y muy significativa su presencia. El palco de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla se engalanaba con su asistencia. Derrochaba simpatía, gracia, salero y afecto. La gente de todos los estratos sociales le adoraba y piropeaba cuando le veían paseando por las calles como una persona común y corriente, muy popular y accesible a todo el mundo.
Amante de los toros, el flamenco, la hípica, el cine y la pintura, entre otras aficiones. Sevilla, ya no será la misma sin Doña Cayetana. Su personalidad fascinante llena de historia como Grande de España, siendo la figura con mayor número de títulos nobiliarios del mundo, no le hicieron perder la gran sencillez que atesoraba en su corazón para sus familiares, amigos y admiradores. Su alegría y simpatía era desbordante.
Resultaba envidiable su gran entusiasmo. Iba siempre a su aire. Su avanzada edad no le impedía disfrutar la vida al máximo, derrochando felicidad, espontaneidad, viajando por el mundo con una vitalidad asombrosa. Fue una persona noble y afectiva que brindó su ayuda a muchísimas instituciones benéficas y personas necesitadas. Ferviente católica, creyente, afable y generosa.
Recuerdo que en el año 2012, le enviamos al Palacio de Las Dueñas en Sevilla con mucho cariño desde Venezuela como obsequio, el documental taurino: “Los Bienvenida en Venezuela. Huella indeleble en el corazón de una dinastía”, realizado por nosotros, los Hnos. Dupouy Gómez. El documental fue presentado en la sala “Antonio Bienvenida” de la Plaza de Toros Monumental de Las Ventas de Madrid, el 11 de mayo de 2011, con motivo del I Encuentro Iberoamericano del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida.
Su respuesta no tardó, sorprendiéndonos un buen día, al recibir en nuestra residencia, una hermosa tarjeta de Navidad ilustrada con la obra “Natividad” de Luca Giordano (1634-1705) perteneciente a la Fundación Casa de Alba con la dedicatoria de la misma Duquesa de Alba de su puño y letra que dice:
Felices Pascuas de Navidad y Año Nuevo y mil gracias por el precioso documental que me ha encantado.
Con afecto,
Cayetana Alba
Espontáneos y bonitos detalles de su persona como el que recibimos en Navidad, agradeciendo nuestro obsequio, demostraban su gentileza, sencillez, educación y don de gente. En el año 2013, nuevamente, volvimos a recibir otra tarjeta de Navidad, esta vez firmada por Doña Cayetana y su marido Don Alfonso Diez.
Rafael Dupouy Gómez, muestra enmarcada, la cariñosa tarjeta de Navidad que la Duquesa de Alba les envió en el año 2012, agradeciéndoles por el obsequio del documental taurino sobre la dinastía Bienvenida. (Foto: Archivo Hnos. Dupouy Gómez).
Los aficionados taurinos del mundo, nos sentimos orgullosos por haber contado siempre con su gran apoyo y compromiso en defensa de la cultura taurina, agradeciendo a la Duquesa de Alba, por ser una firme defensora de las raíces y tradiciones relacionadas con el mundo del toro.
Desde Venezuela con todo nuestro cariño, respeto y admiración, enviamos nuestras sentidas palabras de condolencia a su viudo Don Alfonso Diez, a sus hijos, demás familiares y amigos.
Se podría decir que Sevilla hecha persona era Doña Cayetana.
Encomendamos nuestras oraciones por el descanso eterno de su alma. Que Dios la tenga en su Gloria.
Rafael Dupouy Gómez y Familia.
(Caracas – Venezuela)
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