17/11/14

Manzanares: Mezcla de Arte Natural entre la tarde siempre esperada

Muletazo profundo, intenso, pero con la gragea genial de la naturalidad. Foto: blog lafiestaprohibida

* De categoría exquisita, culta y sacramental

por: César Dao Colina

*(Para y en la memoria del Maestro de Maestros, Antonio Chenel Albadalejo)

*LO CONOCIMOS en la ganadería brava de Tarapío propiedad de los señores Branger-Llorens, al lado del maestro Antoñete . Hubo varios días de tentadero. Por allí, saldrá, pronto, una foto, donde se da testimonio de su presencia junto al Torero del Mechón Blanco y un servidor en una parte de los asientos en el Palco de Tientas. Eran dos maestros que estaban metidos en el campo de Pira-Pira; uno, Chenel, más corrido en plazas y en magisterio; el otro, J. M. Manzanares, con la juventud a cuestas con sus toques muleteros de efectos paralizantes pensados templadamente.

*LUEGO, con el mismo Chenel, nos vimos en España, y la calidez de aquella amistad entre estos dos diestros, cada uno con su mensaje eterno, componían lo que nos dimos a llamar, junto a Curro Vázquez, EL TRIÁNGULO DEL TOREO , sin incluir al rondeño Antonio Ordóñez Araujo, porque él, solo, hizo el suyo y muy suyo....diferente con la nota de la importancia.


HOY UNAS PALABRAS, MANZANA...



*DIJO en el Libro del Toreo de Pérez Matos. Siento que vivo la vida de verdad. Es una sensación agridulce, porque me recuerda el valor y me fija los pies en el suelo . Bien, MANZANA, agridulce fueron aquellas tardes donde la miel se pregonó desde tus entrañas de torero caro con el manejo sedoso de un capote alado y las muñecas de oro inscritas en la Tauromaquia de la Naturalidad, y como esta cualidad-No cantidad-no se encuentra en los anaqueles de abundancia, fuiste un Torero Distinto y Diferente, aún con aquella bohemia, torero al fin, que te atrapaba como tentáculos de borrascas.

*TÚ, ataviado de luces, preparado siempre para la muerte, lleno de miedo, porque siempre lo subrayaste, se lo dijiste a los cientos de veleros alicantinos que sin miedo sería como un obrero en paro, viviría en el vacío. El torero no tiene sino miedos . Sí, pero entre ese miedo, siempre estuviste bien ubicado, por derecho propio, en el Maletín de las Joyas del Toreo, y ya no en los relumbrones oropeles y tantas fantasías de vanguardia que le atosigan la paciencia hasta a los Mercaderes del Templo .



PERO TU HERENCIA TORERA NO TIENE SUCESIÓN...

*Y no las tiene porque hay joyas que no se le endosan ni le asisten el derecho universal y divino de esa Sucesión por Derecho , esa herencia en heredades, el transferir lo material a otro. ¿Y sabes por qué?...porque TU ARTE siempre estuvo ceñido al ESTADO PURO, mágico, efímero e inasible, con extrañeza de sorpresa y explosiones sordas; extrañeza a todo motor tauromáquico, genial, genial.

*ESAS gemas preciosas amanzaneradas no tienen otro dueño, se las lleva no sé adónde su propietario; y, en este caso, el tuyo, solamente, JOSÉ MARÍA MANZANARES era su amo, porque toreabas con el pecho de frente, de rosa y oro, hacia la mirada de los pitones desafiantes, esas astas y sus puntas que miran a quien pretenden cargarse-dejando deslizar, imperceptiblemente la muleta hacia la cara del animal con las zapatillas asentadas en arenas chispeantes y rejoneadas por alocados soles, sincronizando la pechura, el medio circular de la cintura con las muñecas embebidas en el temple embrujado como el paso de la niebla para componer sinfonías con apuntados silencios o con estentóreos olés, ¡Oh, Alá!

*Y, desde allí, salían brotes de ARTE, ARTE SUBLIME, distinto, diferente a otro de los otros, con el miedo como compañero , marcando tiempos y cuando los toreros MARCAN UN TIEMPO y un parémtesis son catalogados como FIGURAS. Hasta aquí, MANZANA , hasta aquí. Pronto vendrán más cosas, porque pretender definirte entre la Calidad, Oficio, Clase, Fineza entre la técnica depurada pero NATURAL, NATURALÍSIMA, con dejos de abulia, desdén e indiferencia, por veces, seremos víctimas del peligro de hacernos presa de que la solera, la pureza afinada con la belleza, las tuyas, las vuestras, no son heredables, y hoy, J. María Manzanares, ya en la soledad de los planos desconocidos, mucho menos...

César Dao Colina

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