Por: Pedro Casanova
Médico Veterinario
Este año se lidiaron en San Cristóbal toros procedentes de las ganaderías andaluzas de Torrestrella y Miura que fueron importados con dólares preferenciales. El atractivo del toro de lidia español atrajo mucho público y estas corridas se lidiaron con llenos a reventar en la Monumental Plaza de Toros de Pueblo, dejando utilidad para los empresarios y sus socios del gobierno. artículos Escribí varios artículos protestando cómo se violaron las Leyes de Sanidad Animal, del Ejercicio de la Medicina Veterinaria y el Reglamento de la Oficina Internacional de Epizootias sin que recibiéramos apoyo de la Federación de Médicos Veterinarios y de la Federación de Ganaderos o de la Asociación Venezolana de Criadores de Toros de Lidia. Mucho menos de los colegas veterinarios en ejercicio oficial. Sólo recibimos amenazas, insultos, por parte de los entes involucrados. Debemos señalar que estuvimos estimulados de la solidaridad de los amigos de siempre.
Dentro de los reclamos que hicimos, está el requisito que contempla la Ley para la importación de ganado procedente de Europa y que es claro cuando ordena que “debe de asistir un medico veterinario venezolano a realizar las tomas de muestra de sangre para ser analizadas en el laboratorio y descartar patología o enfermedades en animales a importar”.
Este “detalle” no lo exigieron ni los veterinarios, ni las autoridades sanitarias. Los tramites para importar estos animales españoles fueron realizados por el apoderado y ganadero español Don Teodulfo, quien llevo las muestras de sangre al laboratorio para solicitar la licencia de exportación de los animales. Los resultados del análisis, dieron positivos a Lengua Azul.
El resultado de los análisis impedía que los toros españoles pudieran salir de territorio europeo, sin embargo el ganadero imponiendo su cacicazgo ordenó tomar muestras de un toro sano y las presentó como si fueran de los toros en los que se detecto la Lengua Azul, es decir los toros enfermos.
Así pasaron los controles sanitarios españoles.
Para la feria de Valencia a realizarse en este mes de noviembre, los empresarios venezolanos dejaron a un lado a Don Teodulfo, quien muy molesto había propagado la verdad de lo ocurrido a un grupo de amigos.
A Dios gracias, no hubo contaminación en la ganadería nacional a pesar de la irresponsabilidad tan grande de las autoridades sanitarias y veterinarios oficiales nacionales que se saltaron a la torera esta resolución sanitaria que prohíbe la movilización de animales como ocurrió con la importación de toros Españoles.
Insistimos que nadie en el sector oficial nos respaldó. Todo lo contrario, los colegas y las autoridades sanitarias convalidaron la acción violatoria de la salud animal, cachapeando hierros, forjaron exámenes de sangre y a nombre de la revolución e importaron enfermedades con dólares preferenciales.
Lamentable en la Feria de Nuestra Señora del Socorro no se pueden lidiar toros Españoles por todos estos inconvenientes sanitarios expuestos en estas líneas. La solución está en el campo bravo de las naciones taurinas americanas, como Venezuela, Colombia y México donde se crían toros bravos de mucha calidad.
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