tomado del blog perutaurino - por: carlos Castillo
El novillero español Borja Jiménez cortó la única oreja de la segunda novillada de la Feria del Señor de los Milagros, mientras sus compañeros de terna, los también españoles, Francisco José Espada y José Garrido no pudieron redondear faena y se fueron de vacío.
Sábado 1 de noviembre de 2014.
Plaza de toros de Acho.
Segunda novillada con picadores de la Feria del Señor de los Milagros.
Con cerca de media entrada en los tendidos. Novillos de Santa Rosa de Lima, desiguales de presentación y juego. Cuarto y quinto dieron buen juego y fueron aplaudidos en el arrastre. Tercero y sexto descastados y con dificultades. Fueron pitados primero y segundo.
Borja Jiménez, silencio y oreja.
Francisco José Espada, pitos y palmas, tras un aviso.
José Garrido, silencio, tras un aviso y silencio.
Borja Jiménez enfrentó primero a un novillo chico, brocho y complicado que le propinó dos volteretas; le puso voluntad para agradar pero sin llegar a mayores. En el cuarto que desarrolló buen juego, se hizo aplaudir de capa. Con la muleta entendió las querencias del novillo y desarrolló una faena lucida por ambos pitones, con temple, mando y ligazón, sin atacarlo mucho pero con firmeza, culminadas con quietas manoletinas. Tras matar de estocada entera es premiado con la oreja de la tarde.
Francisco José Espada no llegó a acoplarse con su primero que tenía complicaciones, pero que el novillero tampoco quiso hacer el esfuerzo para superarlas. En el quinto que tuvo clase se mostró más animado, tras ser volteado sin consecuencias, consiguiendo algunos muletazos de buen gusto por el pitón derecho, pero sin llegar a aprovecharlo totalmente, ni redondear faena. Pasó a la enfermería al finalizar el festejo.
José Garrido pechó con el lote más complicado de la tarde y que menos opciones dieron para triunfar. En ambos mostró su actitud y firmeza, además de un oficio bien aprendido. A pesar que el primero de su lote se vencía peligrosamente, por lo fue prendido espectacularmente, dejó muletazos mandones.
En el que cerró plaza poco pudo hacer ante el peligro y genio que traía el novillo y se deshizo pronto de él.
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