Don Alfredo Molano se suma con su pluma y su autoridad intelectual a la jornada del miércoles en Bogotá. Foto: Foto-montaje cortesía de Semana
* El sociólogo Alfredo Molano se suma a la expresión por la libertad del 12 de noviembre
tomado de: caracol.com.co - por: Guillermo Rodríguez | 9 de Noviembre de 2014
Es inútil tratar de convencer a Petro y a sus áulicos sobre la naturaleza y el carácter de la fiesta brava. De alguna manera los que hemos defendido los toros tenemos la ingenua pretensión de hacerlos cambiar de opinión; pensamos que están equivocados y que de golpe entienden que atropellan a una minoría.
En la realidad, a Petro le tienen sin cuidado las corridas, los toreros, los toros, los espectadores, la plaza. A él sólo le interesa el poder. Bogotá le importa un bledo. Le importa tanto como Zipaquirá o Ciénaga de Oro. O como la perra que dice haber recogido en la calle. Nada. A Petro le importa el poder para alimentar su arrogancia. Encontró en la persecución a las corridas un argumento para explotar electoralmente. No hay consideraciones de principios morales o humanísticos contra los toros. Si las corridas le dieran votos, sería un fanático de ellas.
Su oficio como político ha sido dedicarse a buscar nichos electorales para aderezar sus campañas. No hay duda de que tiene cierto sentido y habilidad para enganchar votos y también para crearse enemigos. Da la sensación de que muchas veces lo que inflama su orgullo es la antipatía que despierta en sus contradictores. Es la clave de su política. “Si enfurezco, atino”, parece ser su guía. Una de sus guías, porque la otra es simple: “Todo amigo es un enemigo mortal si puede opacarme y, por tanto, lo destituyo”. Les ha pasado a todos sus íntimos compañeros. La soberbia de Petro es peligrosa porque lo puede convertir en un autócrata, como lo ha demostrado como alcalde.
A personas que estuvieron en el M-19 y que de verdad, verdad, combatieron, Petro no les da ni la hora, no los recibe, les tira la puerta del despacho en las narices. En su altivez suprema los considera pedigüeños, arribistas, mediocres, parias. Petro no pide lealtad —tampoco la tiene con nadie—, su vanidad exige incondicionalidad y obediencia. La izquierda debe estar muy atenta al rumbo que tome Petro, sobre todo si, como parece y se espera, las guerrillas llegan a convertirse en movimiento político. Vale la pena recordar lo que dijo refiriéndose a él su más devoto escudero: hay fascismo de derecha y de izquierda.
El próximo miércoles 12 de noviembre a las 3:30 p.m. en la plaza de Santamaría, Palomo Linares, César Rincón, el Juli, Miguel Abellán, Sebastián Castella, el Fandi, Manzanares, Perera, Escribano, Luis Bolívar, Iván Fandiño, Talavante, el Payo, numerosos toreros colombianos, novilleros y estamentos taurinos nos concentraremos para reivindicar el derecho de las minorías y promulgar un manifiesto escrito por Antonio Caballero. Será la oportunidad para protestar también contra todas las arbitrariedades de Petro en Bogotá.
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