Los Toros y su protección

La verdadera protección del toro de lidia, en este caso, pasa por la celebración de las corridas de toros. Foto: blog juanluisgordo

Columna: El Ruedo
por: Fabián Díaz Sánchez

La fiesta de toros existe desde hace mucho tiempo, su origen, en sus primeras etapas, fue el alancear a los toros desde el caballo como ejercicio militar; los que ejecutaban este ritual eran en su mayoría caballeros de la nobleza, asistidos en la brega con el toro por hombres de a pie que pertenecían a clases humildes o gentes de pueblo; el ejemplo mas claro del origen de las corridas de toros lo vemos en el toreo de rejoneo, en donde el caballo torea al toro conducido por el rejoneador, lo que resulta en un bello espectáculo.

Este ritual del toro se hacía, según consta en las partidas de Alfonzo X, entre los años de 1.256 y 1.265; en la América española se celebró la primera corrida de toros en el año de 1.527, para festejar el nacimiento de Felipe ll, hijo del Rey de España; la misma se celebró en la isla de Cubagua, muy cercana a la isla de Margarita, estado Nueva Esparta de Venezuela, en donde estaban radicados los españoles debido a la riqueza de sus perlas.

La corrida de toros, tal como la conocemos hoy en día se inicia a mediados del siglo XVIII, en donde, por cierto, hay que destacar que el toreo a pie ejecutado por la gente del pueblo como antes referimos, desplazó a los caballeros nobles que practicaban el toreo a caballo; los pilares y bases se deben a los primeros matadores de toros de a pie, que fueron de manera formal: Joaquín Rodríguez "Costillares", José Delgado "Pepe-Hillo", que forman la escuela sevillana, y Pedro Romero, la escuela rondeña del toreo. A partir de aquí, la corrida de toros va evolucionando y desarrollándose en cuanto a la lidia del toro, la vestimenta del torero, la reglamentación y ordenanzas taurinas, las plazas de toros, hasta convertirse en la fiesta nacional de España, así como en la fiesta taurina de la América española, en países como México, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador; de tal forma que la corrida de toros es un patrimonio cultural que ha inspirado a las Artes; para muestra la tenemos representada en la pintura, escultura, música, cine.

Ahora, ante toda una gran afición taurina y público en general que admira las corridas de toros, hay una minoría de personas que se dicen llamar antitaurinos –o defensores de los animales- argumentando una protección de los animales; ellos pretenden la prohibición de las corridas de toros; en lo particular, pienso que debe ser por ignorancia de estas personas o por cuestiones políticas, que se ha creado este movimiento que se hacen llamar antitaurinos, sin valorar y razonar que la verdadera protección del toro de lidia y casta, es celebrando corridas de toros, en razón de que el toro de lidia -y valga la redundancia- nace, se cria y cuida como un rey por parte de los ganaderos para que vaya a las plazas de toros a demostrar su bravura; por lo tanto, y en efecto, sin corridas de toros, ningún ganadero va a criar toros de lidia; estos toros quedarían para los mataderos, como carne de consumo.

Por lo tanto, hago un llamado de reflexión y respeto a las personas de este movimiento antitaurino, para que entiendan y comprendan que la verdadera protección del toro de lidia, en este caso, pasa por la celebración de las corridas de toros, que son parte de la libertad y cultura del hombre desde tiempos inmemoriales.