Valencia: máximo triunfador por la mejor faena y Triunfador de la tarde Foto: El Chelín
por: José Hurtado El Chelín
En la población de Brende: bella campiña francesa, de aire puro y bellos paisajes galos, se celebran sus ferias y fiestas. Con buen tiempo y entrada, se dió la novillada matinal del sábado 23 de junio; se lidiaron cuatro novillos de los Hermanos Bats de Serana: dos complicados y dos de buenas embestidas francas y claras que hiceron ver los adelantos, la capacidad, el oficio de los dos novilleros actuantes, en franco ascenso profesional y con un porvenir muy grande dentro esta difícil profesión.
Abrió plaza el joven y arrollador César Valencia quien pechó con un novillo colorado en negro que no embistió bien; con el capote ya tenía mucho picante devolviéndose con mucho sentido por lo cual el torero venezolano resolvió avante sus difíciles acometidas; banderilleó no muy lucido, ya el novillo lo cogió al salir del par de banderillas y pasó instantes cruciales debajo del burel que le tiró cornadas a diestra y siniestra; sin embargo, para bien, no pasó de revolcones; con la muleta, el venezolano Valencia compuso una faena inteligente, a base de buenos derechazos, con oficio y temple, ante un novillo que lo miraba y cuando veía espacio, se le colaba para cogerlo. César solventó inteligentemente las dificultades de este complicado novillo; lo pasaportó de mas de media estocada; el novillo se echó; y cuando se pensaba que había premio, lamentablemente el puntillero lo levantó, por lo cual perdió el trofeo debido a esta mala ejecución de la puntilla del tercero de la cuadrilla.
En su segundo novillo, César Valencia salió para recibirlo en la puerta de chiqueros con larga cambiada de rodillas que hizo levantar a la entendida afición gala; luego le instrumentó una tanda de bien toreadas verónicas, rematadas con una sensacional media belmontina; de nuevo el público se paró de sus asientos y lo aclamó con aplausos a rabiar; fue por las banderillas y cumplió regularmente; ya con la muleta le ha toreado con clase, mando y temple en varias tandas de naturales donde la calidad y la clase se vieron a leguas; se llegó a un punto tan importante, que este novillero en un remate de pecho, después de una sensacional tanda de naturales, toda la plaza -al unísono- gritó un largo Ole; fue como los de Madrid, cuando la faena rompe con emoción. Valencia toreó por la derecha muy asentado, rematando siempre al novillo con pases de pecho de pitón a rabo; culminó la faena con estatuario, con mucha personalidad, para luego caldear la concurrencia con bernadinas valientes; entró a matar, pinchó arriba para luego meterle un metisaque que le premiaron con una oreja con fuerte petición de la segunda, la cual el juez no concedió.
El novillero Clemente Rubio tuvo en su primer novillo un mansito que le dejó componer una faena por el lado izquierdo pidiéndole las tablas el novillo, donde la labor hizo que tomara eco la plaza y escuchó música a su buena labor muleteril; entró a matar, dejó tres cuartos de espada arriba y cortó una oreja.
En su segundo: un novillo áspero, sin clase, tuvo una virtud muy interesante: lo sometió con inteligencia hasta el punto que quitó todos los defectos y escuchó otra vez la música en su faena; hubo buenos muletazos, de calidad, con buen temple, siempre rematados con el pase de pecho; entró a matar pero pinchó varias veces escuchando dos avisos; se silenció su labor.
Al finalizar el festejo se concedieron los premios que da la comisión de feria asi como las peñas taurinas, siendo el máximo triunfador Cesar Valencia por la mejor faena y Triunfador de la tarde; premiaron también a Clemente Rubio con dos muletas por la mejor estocada en su primer novillo. César Valencia y Clemente Rubio salieron de la plaza entre aplausos y ovaciones de la concurrencia en esta entretenida tarde matinal de BRENDE.
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