Cuando se indulta al toro se simula con la mano la Suerte Suprema. foto: diariodesevilla.es
por: Stalin Pérez.
Indulto: es perdonar la vida de un toro que se está lidiando en el momento que el matador se decide, a ejecutar la suerte suprema o va a entrar a matar con el estoque, y el presidente de la plaza concede que el toro se vaya vivo a los corrales. Luego, será curado y trasladado a la ganadería, para que sirva de padre por la perfección del animal; éste debe cumplir con varias características como: Bravura, trapío, nobleza, fijeza, recorrido y otras.
En estos días que el indulto está a la orden del día en las plazas de toros, de boca en boca entre los aficionados, vemos que en nuestros cosos taurinos le perdonan la vida a bureles que crean grandes discusiones y polémicas entre los que nos hacemos llamar amantes de la Fiesta; esta premiación al ganadero que constantemente inicia entre los aficionados una gran división de opiniones, algunas veces nos dejamos llevar por las pasiones de una gran faena; pero del otro lado de ese cortometraje de 15 minutos tan hermoso por la algarabía de un público emocionado y exaltado, por unos 20 o 30 muletazos de suma perfección, existen aquellos que no están de acuerdo; estas decisión es tomada por el presidente de la COmisión taurina en la plaza; así como hay aquellos que sí lo están; es aquí donde se dividen las opiniones, dando entrada al dramatismo dentro de la Fiesta Brava.
Es fundamental saber las condiciones de un indulto, las características de un toro que se merezca salir vivo de la plaza para vivir en la dehesa padreando. Sin criticar, desmejorar o estar de acuerdo y apoyar a esas comisiones taurinas que han otorgado este máximo trofeo, es vital profundizar en el eje conceptual de lo que acá plantemos:
- Un toro bravo, o de lidia, deber tener un excelente trapío que son los rasgos externos del animal; la morfología de este para ser semental que reúna las características de la presencia en lo que sale al albero: tamaño, peso, buena conformación del tronco, extremidades, cabeza, cuello y la cornamenta.
- Que el bovino en la lidia demuestre bravura en el tercio de varas; que pelee con codicia ante la cabalgadura; definimos la bravura de un animal como la capacidad que tenga un toro hasta la muerte, que de la lucha con mucha entrega, sin mostrar fatiga. Que vaya a la cabalgadura por segunda ocasión sin dudarlo; como se dice en el argot taurino: que meta los riñones; es acá lo que le podemos llamar el cite: acometer y acudir. Que no haya cabeceado, que no proteste la vara y todo esto si el picador no le está tapando la salida.
- Un punto muy importante es la fijeza del animal; que exista una atención visual hacia donde se le esté citando, que embista a los vuelos del capote, o la muleta, armónicamente sin movimientos que desafinen el galopar que tiene que ser ágil y veloz, con claridad y franqueza.
- Que en sus embestidas se humille y se entregue antes los vuelos de la tela; y claro está, que tenga mucho tranco; o sea, que tenga mucha duración en la muleta.
- El toro bravo no se cansa de embestir; y es acá donde entra la nobleza del animal entra en escena; se define la nobleza como la cualidad que tiene el toro de no desarrollar peligro o no desarrollar sentido que represente algún peligro para el lidiador, que no tenga malas intenciones, que vaya a la muleta sin descomponer la faena.
- En el tercio de muleta el burel debe tener una embestida muy armónica; como ya lo indicamos, el toro debe ser repetitivo en cada muletazo, que aguante una gran cantidad de acometidas citadas por el lidiador; y es aquí donde se da el toreo bueno. Las arrancadas deben ser con mucha armonía, ritmo y temple.
- Al final de la lidia se debe observar muy bien los movimientos del toro; que no busque la querencia; se define querencia el terreno aproximado donde el animal salió al ruedo y allí se siente con mas poder; que no busque irse hacia las tablas y termine peleando muletazo a muletazo en los medios del ruedo.
Un toro bravo que reúna estas características, fácilmente puede ser indultado, ya que es merecido y es algo beneficioso para el ganadero. Esta, es una decisión de la comisión taurina por la petición del público, en el momento de algarabía y triunfo del torero y el burel; es allí donde se analizan todos los mencionados factores, si el toro lo merece, es algo elemental conceder el perdón de su vida, y así ir perfeccionado el campo bravo; porque de lo contrario, es atrasar la cabaña brava.
El verdadero indulto es un premio al ganadero de años de selección entre vacas y sementales, y de ir perfeccionando su sangre; es por ello la importancia de lo que es en realidad este máximo triunfo en una plaza de toros. El público es libre de solicitarlo, pero la presidencia de un festejo debe tener el poder o la virtud y la última palabra, de otorgar un premio cuando es merecido; es acá por medio de la reata del animal, el ganadero decidirá cómo éste va a padrear a sus dehesas. Por lo cual se debe investigar la importancia de un toro indultado, ya que es el futuro de una ganadería como padre y así próximos triunfos de esa casa ganadera. La perfección de la cabaña brava es uno de los puntos vitales para la calidad y duración de la tauromaquia en un país.
perezstalin@hotmail.com
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