La tarde del sábado 4 de mayo, en la feria de Coasa, Perú, Manolo Muñoz logra cortar dos orejas, iniciando de muy buena forma su temporada en el país inca.
El diestro venezolano se presentó en la plaza de toros de Achasiri abriéndose de capa con su primer astado, recibiéndolo con un elegante saludo capotero; con las banderillas estuvo solvente y en torero, cerrando su primera actuación de la tarde con una importante faena al de la ganadería de Narezo, que se vino a menos, condición que completamente entendió el espada venezolano y sin mayor complicación; dosificó una ración de acero efectiva, viendo el valenciano cómo se asomaba en el palco presidencial el pañuelo blanco en señal de una merecida oreja, que paseó orondo por el redondel, recibiendo los aplausos del soberano.
En su segunda aparición, Muñoz enfrentó un burel de Apu saywa, al cual enfrentó mermado en condiciones, producto de un desgarro muscular en la pierna derecha, lo que imposibilitó una ejecución de muleta más aseada, templada y con ligazón; sin embargo el moreno torero hizo gala de su casta y terminó la faena con un soberbio espadazo que hizo rodar sin puntilla al toro; la afición solicitó de manera insistente la oreja, concedida por usía sin mayor reparo.
Manolo Muñoz producto de la lesión, no paseó su segundo trofeo de una tarde interesante donde el español Javier Castaño resultó el triunfador de la tarde y el peruano Joselito Riquelme se fue de vacío.
Ficha del festejo:
Javier Castaño: ovación, ovación y dos orejas.
Manolo Muñoz: oreja y oreja.
Joselito Riquelme: silencio en ambos toros.
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