por: Víctor Ramírez “Vitico”
El pasado sábado 28 de septiembre se cumplieron 18 meses de la partida del siempre recordado Kike Rosales, pues los hombres grandes, nobles y generosos como Kike no se olvidan, siempre viven en el recuerdo y corazón de quienes tuvimos la fortuna de conocerlos. Año y medio desde que la recia voz de uno de los hombres más carismáticos que ha parido el Táchira se apagó, pero sólo en este plano físico, pues en lo espiritual siempre estará presente. Es imposible no recordar a diario a un ser humano versátil, que dominaba el micrófono como pocos, que tenía el don de hacer que una transmisión, de toros o de fútbol fuese un paseo por la historia, el arte y la magia.
Kike fue amigo de sus amigos, siempre dio la cara por todo aquel que lo necesitó, buscó con toda su alma que se reconociera a los toreros venezolanos, sufría por ellos y se alegraba como nadie al ver los triunfos de los jóvenes que sueñan con llegar a ser figuras del toreo. Escribió con pasión, vehemencia y respeto, dejaba muy en claro su postura ante la vida que siempre fue directa y frontal. Va por ti Kike, que sepas que asi se te recuerda, como lo que fuiste, eres y serás: un gigante, un coloso que dejó escritas con letras de oro hermosas páginas, que nunca serán olvidadas. Hasta siempre hermano, amigo, maestro…
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