El torero de Táriba dando la vuelta al ruedo con el tricolor patrio y
oreja en medio de la algarabía
madrideña.
** El
diestro tachirense ha dejado constancia y ha realzado la hispanidad iberoamericana en
tan magna fecha en que España y América izan sus tricolores entre dos mundos.
Eduardo
Ravell. Diario Pico Bolivar - Mérida
Venezuela/ Fotos cortesía de Cultoro
No ha
sido un sábado cualquiera este 12 de octubre cuando la expectativa se
transformó en un hervidero de criterios en todo Madrid y los ojos del mundo
taurino se posaron sobre Las Ventas, el templo del arte de la tauromaquia con
dos toreros ibéricos y uno sudamericano.
Fue una
tarde donde la tragedia y la verdad heroica se dejaron ver en el ruedo. Los
toros del hierro de Valdefresno siempre fueron el eco del ir y venir antes y
obviamente después de terminada la corrida, encierro con seriedad y desiguales
de hechuras.
De poder a poder en el tercio de banderillas; mejor imposible.
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El más
veterano de los diestros era el toledano Eugenio de Mora, quién no tuvo lote y obviamente tras la
tragedia del segundo con Gonzalo Caballero, en su primero y único de la tarde,
fue entonces de Mora ese torero que prefirió despachar su segundo toro y el
segundo que le correspondía a Caballero: su labor fue silenciada en los tres
toros.
Gonzalo Caballero ha tenido su peor tarde en
este año terminando el periplo ibérico, al entrar en la suerte suprema se le
quedó en la cara del toro y el animal no lo perdonó empitonándolo feamente por
el muslo derecho con dos heridas, ambas sucias, con no menos de 25 y 30 centímetros
que le hizo perder suficiente sangre y al día siguiente exigieron los galenos
que era necesario donantes; estado grave y de pronósticos en la UCI.
Un
infortunio para el joven diestro nacido en Madrid y a pesar del percance le fue
otorgada una oreja que su subalterno Paco Delgado, le llevó hasta la sala de enfermería.
Jesús Enrique Colombo hacía su tercera presentación
en Las Ventas y efectivamente a la tercera fue la vencida. “Pomposico I” con
524 kilos, negro, para el torero venezolano que salió con una entrega sin
límites, personalidad y heroísmo tras ver a su colega Caballero camino a la
enfermería.
“Gañanito II” de 580 kilo al que
le pinchó, ahí se fue la puerta grande.
La entrega fue más que heroica y la foto es más
que elocuente.
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Fue ese Colombo
que en quites, y tercio de banderillas lo dijo todo, de poder a poder, y le
brindó el toro al diestro malherido colocando la montera en la puerta de la
enfermería; vaya gesto sin lugar a dudas entre la humildad y el oficio. Dando
distancias al toro con dos tandas inmensas y suficiente entrega sobre el pitón
derecho pero por el pitón izquierdo el toro no humillaba, se fue por
manoletinas con estocada hasta la cinta y el palco que presidió José Magán, no
tardó en sacar el pañuelo blanco y así se lograba la primera oreja en Las
Ventas, entre la algarabía de centenares de venezolanos en Madrid, JE Colombo,
con el tricolor patrio se sentía más que agradecido por esta regia reaparición.
Su
segundo toro “Gañanito II” con 580 kilos, negro bragado axiblanco, al que le
colocó par de banderillas de poder a poder y al tercer par fue cazado con una
espectacular voltereta, saliendo ileso de leve percance tras pisotones y
garrotes en el ruedo, la caída fue terrible que hicieron que el joven torero
sudamericano se levantara adolorido y resentido, mareado. En el callejón fue
atendido y de inmediato, despojado de su taleguilla, tomó la muleta y se llenó
de heroísmo ante una plaza que se le entregó a todo pulmón. Ya se le notaba en
el rostro las raspaduras de rigor y trató en vano de meter al toro en la muleta
y se fue por unas arriesgadas bernardinas, espeluznantes con vergüenza taurina
que levantaron al soberano de pie y al irse por la suerte suprema pinchó, cosa
bien rara, y en el segundo intento sin muleta dejó una estocada en el sitio que
tiró al toro sin puntilla y posteriormente fue catalogada como una de las
mejores estocadas de toda la temporada 2019.
La plaza se inundó de pañuelos pidiendo con
fuerza la oreja heroica de un torero que está de turno y ha dado un golpe sobre
la mesa. El palco con tozudez fue mezquino y apenas concedió una vuelta al
ruedo que significo para Madrid, la oreja invisible que a pocos centímetros
estuvo de abrir la puerta grande: el soberano gritaba hacia el palco fuera, fuera.
fuera… ha sido una entrega ilimitada de Jesús Enrique Colombo, por Venezuela y
por Américas y obviamente que todo el encierro de Valdefresno fue interesante
en su conjunto, pues no regalaron nada. Mientras Madrid, era de fiesta y
tragedia, otras plazas como Zaragoza y su Virgen del Pilar eran el epicentro de
un 12 de octubre para la historia.
Han
pasado ya 527 años desde que Cristóbal Colón descubrió este lado del charco y
en Madrid se ha dejado ver un heroico torero nacido en la patria de Bolívar,
gesta de Libertadores y de grandes toreros por los siglos de los siglos: amén.
La fiesta sigue y oramos por la pronta recuperación de Gonzalo Caballero.
(B-F.R.)
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