Muertes trágicas del Toreo

“Manolete” pertenece, igual que Pepe Mata, a las leyendas trágicas del toreo.

* Pepe Mata también murió de una cornada mal atendida hace 40 años

por: Jesús Ramírez “El Tato”

Presente siempre en los corazones de los aficionados taurinos del mundo, están las fatídicas fechas del 28 de agosto de 1.947, el 26 de septiembre de 1984 y 30 de agosto de 1.985, que marcaron las muertes de Manuel Rodríguez Sánchez: “Manolete”, Francisco Rivera: “Paquirri” y José Cubero: “Yiyo”.

Siempre recordamos estas fechas que indudablemente despertaron la atención de todo el mundo; pero hubo un triste suceso acaecido hace cuarenta años que tal ves ha caído en el olvido. Fue el 27 de julio de 1.971, fecha en que murió el matador de toros canario José Mata. No fue una reconocida figura; pero tampoco fue un torero modesto, ya que simplemente el destino no le dio tiempo para llegar a la meta anhelada.

Fue en la plaza de Villanueva de Los Infantes, el 25 de julio de 1.971. Como siempre ocurre en las corridas trágicas, ni el torero ni el toro que le hirió gravemente: “cascabel”, de la ganadería de Luis Frías, tenían que estar presentes aquel día. José Mata sustituía a Juan Calero en el cartel que completaban Paco Ceballos y “Carnicerito de Ubeda”.

“Cascabel” por su parte, un toro cinqueño, sustituía a otro que se había lesionado. La plaza estaba de inauguración y la enfermería según los escritos de aquella época, era deficiente; no se podía hacer una transfusión de sangre porque no había, según los testigos, ni sangre ni elementos necesarios para hacer ni siquiera una transfusión directa del brazo de su mujer que tenía el mismo tipo de sangre y presenciaba todas las corridas de su esposo.

Estado del busto de José Mata y la Plaza de toros de Villanueva de los Infantes, en el 40 aniversario de su muerte. Foto: noticiasdeinfantes.com

José Mata fue llevado de Villanueva de Los Infantes en ambulancia hasta Madrid sin operar. Tardaron casi cinco horas en llegar a la capital en un horroroso viaje, igual que le ocurrió a “Paquirri” en el camino de Pozo Blanco a Córdoba. El torero canario llegó al sanatorio de toreros de Madrid que atendía a todos los toreros entonces, en estado tan crítico que nada pudo hacer el doctor Máximo García de La Torre.

Fallecía el único matador nacido en las Islas Canarias, en La Palma, a consecuencia de una cornada y enterrado cerca del sanatorio, en el cementerio madrileño de La Almudena. Un torero bregador, que se abría paso con valor sin pertenecer a ninguna casa importante de toreros y fallecía por esas circunstancias que rodean el espectáculo taurino cada vez que hay un hecho trágico.