Cruda realidad, cruda verdad

Sólo la Asociación de Picadores y Banderilleros se ha pronunciado sobre los ataques a la Fiesta en Tovar. ¿Y el resto de gremios taurinos? Nada que ver.

por: Giovanni Cegarra

La Defensoría del Pueblo Delegación Mérida del Estado Mérida, la Alcalde del Municipio y el Arzobispo Metropolitano de Maracaibo del Estado Zulia, son indiscutiblemente, enemigos declarados de la Fiesta Brava; trabajan de lo lindo "entre gallos y media noche" dando sus zarpazos contra lo taurino, dándole alas a quienes nos adversan ante la mirada impasible, pasiva, dormida de los gremios taurinos venezolanos que en honor a la verdad "ni lavan ni prestan la batea"; pero son ágiles para llegar fachosos, de Feria en Feria, a pedir el pase de cortesía o de callejón con la cara bien lavada.

Cruda realidad, cruda verdad, que está de anteojito.

Sabido del mundo taurino la reciente "puñalada trapera" que ha dado la Delegada Mérida de la Defensoría del Pueblo en el Estado Mérida, aprovechando la cercanía del asueto judicial para introducir una acción de protección para impedir que los niños, niñas y adolescentes vayan a las corridas de toros de la 169ª en honor a Nuestra Señora Virgen de Regla en Tovar.

A la fecha ningún gremio o institución, sólo la Asociación de Picadores y Banderilleros se ha pronunciado al respecto y el resto de gremios taurinos, nada que ver; ni con lo de Mérida ni con lo de Maracaibo donde la Alcaldesa y el Arzobispo quieren acabar con las corridas de toros basándose en razonamientos irracionales que atentan contra la idiosincrasia del pueblo; están callados tal cual cómplice del ataque a la Fiesta Brava: ni los medios de comunicación social, ni comerciantes y hoteleros, ni Empresarios y Ganaderos de Lidia que se benefician de lo taurino, ni los aficionados que hacen vida en la Región Andina Venezolana, se han hecho eco de este nuevo atropello que afecta a todos por igual en un pueblo, ciudad, Estado; pero, carajo sí son los primeros que vemos en las puertas de las Oficinas de las Empresas Taurinas en cada Feria, requiriendo de publicidad, el pase de cortesía y de callejón, entre otras cosas.

Cruda realidad y verdad, patética en todo el sentido de la palabra; en este año en que la actividad taurina en Venezuela se ha movido con gran auge e ímpetu, con todo y la dura coyuntura económica y política que vive el país, se han dado buen número de festejos, novilladas, corridas de toros en cada rincón taurino venezolano y en localidades donde se había perdido la tradición.

Definitivamente, los enemigos de la Fiesta Brava en Venezuela están dentro de ella; son quienes le abren camino a los que están afuera con una apatía que desespera al extremo. Cada día, recibimos golpe tras golpe, mientras los gremios: sean taurinos, sociales, comerciales, hoteleros, de comunicación social, gobiernos locales, "se dan aire en sus posaderas" como si poco les importara que el atentado permanente contra lo taurino conlleva al deterioro de la economía regional familiar popular, la de una ciudad, lesiona la idiosincrasia y tradición de los pueblos, viola el derecho ciudadano de disfrutar lo que le gusta; pero sí son fieros y aguerridos cuando atacan a necios políticos de oficio, caducos y retrógradas, que con su palabrería de circo también hacen daño al país.

Cruda realidad, cruda verdad.