Jesús Enrique pasea los trofeos ante la numerosa asistencia en festejo público en San Pedro del Río. Foto: Comana
Alfredo Gómez El Brillante, tuvo que mostrar credenciales al ejemplar de La Cruz de Hierro para poder cortarle las orejas a Ley. Foto: Comana
por: César Omaña
Director de venezuelataurina.com
El festejo principal realizado en el marco de la I Feria Internacional de San Pedro del Río tuvo un gran éxito artístico y popular, pues la concurrencia se agolpó en los alrededores del redondel estratégicamente instalado en un sector que permite la visibilidad de turistas y habitantes de la localidad turística de San Pedro. se lidiaron cuatro novillos: el primero de La Cruz de Hierro y tres de Rancho Grande.
Luego de las 4:30 pm, se iniciaron los actos con la presentación de Andreína Silva y su tablao flamenco que deleitó a los presentes con las niñas que de poca edad, cautivan con el baile español y su especial gracia.
Abrió el festejo el mexicano Alfredo Gómez El Brillante quien tuvo que desempolvar todos sus recursos para someter y darle excelentes pases a un encastado ejemplar de La Cruz de Hierro que tenía a escasos metros a su propietario: El Dr. Orlando Echenagusia, quien con su esposa, hijos y nietos visitaba por vez primera este pueblo turístico. A falta de picadores, se ejecutaron dos pares de banderillas por El Gato que salió muy comprometido en cada uno. Hermosos lances por chicuelinas le realizó Jesús Enrique quien no se amilanó ante las broncas embestidas. En la muleta, El Brillante dejó constancia de su poder, mando y temple. De estocada desprendida, pero efectiva, pasaportó a su enemigo y le concedieron dos orejas a ley.
Juan Gómez salió a jugársela con el de Rancho Grande pero no tuvo suerte. Algunos pases apresurados ante un ejemplar que no daba tregua. Falla en varias ocasiones con la espada y finalmente dobla. Silencio
Jesús Enrique Colombo tuvo en suerte un novillo pequeño que lamentablemente se malogró el cuerno izquierdo por lo cual tuvo que cuidarlo por ese lado. No dejó que se lo banderillearan y tomó él mismo los garapullos; y en todo lo alto dejó dos pares muy aplaudidos. Instrumenta faena de empeño se salía suelto de cada pase. Estocada efectiva que lo hace caer sin puntilla. Dos orejas y rabo le otorgaron.
Deibis Molina El Molinero tampoco corrió con suerte al tocarle un nervioso ejemplar que no le permitió lucimiento. Pincha en dos ocasiones y a la tercera logra un espadazo defectuoso. silencio
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