El francés Juan Bautista cortó las dos primeras de la tarde y sus únicos trofeos. Repite el domingo 20/11 sustituyendo a El Cordobés. Foto: J. Cepeda
por: Jorge Cepeda
Juan Bautista (izq) y Fandi (der), salieron a hombros. Foto: J. Cepeda
Se desarrolló la segunda corrida del abono de la feria de Maracaibo, este viernes 18/11 donde se celebró el día principal de la tradicional feria en honor a Nuestra Señora de “Chiquinquirá”; se lidió un encierro de la ganadería venezolana de “Rancho Grande”: justo de peso y de poca presencia; destacó el último del festejo el cual dio un buen juego por lo que se le concedió el Indulto.
El Fandi y Juan Bautista salieron a hombros quienes saborearon los honores del triunfo; el francés cortó dos orejas en el segundo de la tarde y el español david Fandila cortó una benévola oreja en el primero y dos simbólicas en su segundo. Por su parte el venezolano Morenito de Maracay no tuvo buen momento y su actuación pasó con más pena que gloria.
El venezolano, como más antiguo, abrió plaza; se lució con la capa y estuvo acertado en banderillas; a la muleta el astado fue muy parado y llegó con poco gas, por lo que abrevio luego de oír la música. Con su segundo no se le vio bien, estuvo desangelado y aburrido; le dio muletazos de tanteo; pero no llegó a dejar una buena tanda, aunque el astado después de la pica se fue a tablas. Oyó un aviso.
El torero francés Juan Bautista estuvo muy bien y artístico con su primero cuando lo recibió por verónicas y revolera en los medios. Con la muleta, a pesar que tenía poco recorrido lo fue sobando hasta darle buenas tandas de derechazos, bien rematados a la cadera; despachó de estocada y le dieron las dos orejas. Con su segundo fue poco lo que pudo realizar; toro que luego de recibir poco castigo a la vara, se fue a tablas por lo que tuvo que despachar pronto.
“El Fandi” nuevamente demuestra el gran cariño que le tienen acá en esta tierra zuliana; desde que se abrió de capa la gente estuvo con él; con ese toreo que le caracteriza, logró colocar buenos pares de rehiletes y con la muleta, a pesar que no tuvo mayor lucimiento, le otorgaron una oreja. Con el sexto, si se quiere un jabonero sucio de buena presencia, le dio buenos muletazos con la derecha logrando hilvanar una faena que gustó al respetable; y al calentar el cotarro, le dieron el indulto del ejemplar, por lo que recibió las dos orejas simbólicas. Hubo buena entrada, casi el lleno y una tarde-noche fresca.
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